Más de 250 000 niños migrantes han llegado solos a Estados Unidos en los últimos dos años, y miles de ellos han terminado desempeñando trabajos arduos en mataderos, cambiando techos o manejando maquinaria industrial. Esta tragedia, que por supuesto clama al cielo, se agrava si se tiene en cuenta que distintos funcionarios y contratistas le advirtieron infructuosamente de esta trata de personas al Departamento de Salud y Servicios Humanos, incluso en informes que llegaron al secretario Xavier Becerra.
El New York Times informó que “la Casa Blanca y las agencias federales fueron alertadas en repetidas ocasiones de señales de niños en peligro. Las advertencias fueron ignoradas o pasadas por alto”.
“En la primavera de 2021, Linda Brandmiller trabajaba en un estadio de San Antonio convertido en refugio de emergencia para niños inmigrantes. Miles de niños dormían en catres mientras la administración Biden se enfrentaba a un número récord de menores que cruzaban a Estados Unidos sin sus padres”, señala la nota.
Según la publicación, “el trabajo de la Sra. Brandmiller consistía en ayudar a examinar a los patrocinadores, y había recibido formación para detectar posibles casos de trata. En su primera semana, le llamaron la atención dos casos: Un hombre le dijo que apadrinaba a tres niños para emplearlos en su empresa de construcción. Otro, que vivía en Florida, intentaba apadrinar a dos niños que tendrían que trabajar para sufragar el coste de llevarlos al norte”.
“Inmediatamente se puso en contacto con los supervisores que trabajaban con el Departamento de Salud y Servicios Humanos, la agencia federal responsable de estos niños. “Esto es urgente”, escribió en un correo electrónico analizado por The New York Times”, continúa la nota.
“Pero a los pocos días”, continúa el Times, “se dio cuenta de que uno de los niños iba a ser entregado al hombre de Florida. Escribió otro correo electrónico, esta vez solicitando la “atención inmediata” de un supervisor y añadiendo que el gobierno ya había enviado a un niño de 14 años al mismo patrocinador”. La nota añade que “Brandmiller también envió un correo electrónico al director del albergue. Pocos días después, se le retiró el acceso al edificio durante su hora de almuerzo. Dice que nunca le dijeron por qué la habían despedido”.
En un texto particularmente preocupante, el New York Times resalta lo siguiente:
“En los últimos dos años, más de 250 000 niños migrantes han llegado solos a Estados Unidos. Miles de niños han acabado desempeñando trabajos penosos en todo el país -trabajando de noche en mataderos, sustituyendo tejados, manejando maquinaria en fábricas-, todos ellos infringiendo las leyes sobre trabajo infantil, según demostró una reciente investigación del Times. Tras la publicación del artículo en febrero, la Casa Blanca anunció cambios de política y medidas enérgicas contra las empresas que contratan a niños.
Pero en todo momento hubo indicios del crecimiento explosivo de esta mano de obra y advertencias que el gobierno de Biden ignoró o pasó por alto, según ha descubierto el Times.
Una y otra vez, veteranos funcionarios y contratistas externos informaron al Departamento de Salud y Servicios Humanos, incluso en informes que llegaron al secretario Xavier Becerra, de que los niños parecían estar en peligro. El Departamento de Trabajo publicó comunicados de prensa en los que señalaba un aumento del trabajo infantil. A altos funcionarios de la Casa Blanca se les mostraron pruebas de explotación, como grupos de niños inmigrantes que habían sido encontrados trabajando con equipos industriales o productos químicos cáusticos.
Mientras la administración se apresuraba a desalojar los centros de acogida que estaban desbordados, los niños eran puestos en libertad con escaso apoyo de patrocinadores que esperaban que asumieran trabajos agotadores y peligrosos”.
Puede leer el artículo completo en inglés aquí.
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Foto: Gage Skidmore