El debate organizado por Fox Business y Univisión estuvo marcado por el desorden y la polémica entre candidatos. Sin embargo, hay varios puntos que resaltar y detalles a tomar en cuenta a la hora de decidir el voto en estas primarias republicanas.
Este debate no fue tan soso como el anterior, pero sí fue bastante desordenado. La modalidad del evento y la actitud de los contrincantes no confluyeron en un orden y a veces se atropellaban al momento de dar ideas. Ilia Calderón fue la moderadora puesta por Univisión, mientras que Stuart Varney y Dana Perino fueron los asignados por Fox Business.
Claramente hubo picos de tensión, pero podemos hacer un análisis macro que podremos desarrollar en los próximos días con más detalle.
Nikki Haley y Ron DeSantis claramente dominaron el debate en todo momento. Fueron los que hicieron mejor uso de los tiempos y los que tuvieron mejores respuestas: claras, concisas y dirigiéndose correctamente a sus contrincantes y al público. Tanto DeSantis como Haley tuvieron que contestar preguntas difíciles respecto a sus gestiones pero salieron airosos en todo momento.
Uno de los puntos difíciles que tuvo que enfrentar DeSantis, fue un tema de presupuesto, donde explicó que no se trataba solo de su gestión, sino de un fenómeno nacional. El candidato explicó con claridad su plan económico, su postura provida, sus medidas ante la inmigración ilegal y fue muy enfático a la hora de hablar de los cárteles y mafias en la frontera. Tuvo también un momento tenso con Tim Scott cuando se habló de los textos escolares en Florida, donde por supuesto, DeSantis infló pecho por el sistema implementado de elección educativa en el Estado, pero Tim Scott usó el victimismo para señalar un acto supuestamente racista del Ron DeSantis. “Eso fue una mentira y manipulación de prensa por parte de Kamala Harris” explicó el gobernador de Florida, quien señaló que jamás avalaría la esclavitud. De un momento ligeramente chispeante, no pasó.
Por su lado, la exembajadora ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, también tuvo un momento tenso con Tim Scott, quien quiso ponerla en aprietos pero terminó saliendo mal parado, porque ella evidenció su inacción como gobernador y como senador. Ella fue muy enfática en cuanto a la lucha contra la invasión China, las relaciones diplomáticas con Ucrania y Rusia, la experiencia en gestión pública que maneja y los ajustes económicos que haría para ayudar a las clases medias. Una vez más, la candidata puso énfasis en la familia y la moral, sobre todo cuando explicó que gran parte de la deficiencia académica de los Estados Unidos es culpa de los padres (¡finalmente alguien lo dice!) y dijo que se esforzaría por que se implemente el sistema de vouchers educativos en todo el territorio, para que eso genere competencia. Fue la única mujer entre seis hombres y realmente, lo hizo muy bien – lo que explica su subida acelerada en las encuestas.
Donald Trump, Vivek Ramaswamy, Tim Scott fueron los que se llevaron la peor parte de este debate. Trump fue mencionado desde el inicio y todos, de alguna manera u otra, le dijeron cobarde por no aparecer por segunda vez. El único que enfatizó que “respetaba y valoraba su legado como presidente” fue Vivek Ramaswamy. “Creo que es justo y es lo correcto, pero el plan America First [Estados Unidos Primero] no le pertenece a un solo hombre. Cuando hablamos de hacer Estados Unidos grande otra vez, no era un slogan personal, es una meta que todos debemos tener, unidos”, señaló el candidato hindú-americano.
Sin embargo, Ramaswamy tuvo un momento muy vergonzoso ante Nikki Haley, quien lo dejó no solo como un novato, sino como una persona inmadura. Lo trató como una madre a su hijo adolescente y señaló sus contradicciones sin reparos: “¡No podemos confiar en ti!” dijo la exgobernadora de Carolina del Sur. “Mientras todos estamos concentrados en plantarle cara a China, tú haces negocios con ellos. Te han financiado, estás metido en eso. Avalas TikTok, que embrutece a nuestros jóvenes. ¡Cállate, no podemos confiar en ti!”. Haley perdió completamente los papeles al pronunciar estas palabras y Vivek las tomó con una cara de culpa que denotaba que, si no tenía razón completamente, al menos parcialmente era cierta la acusación. Acto seguido, trató de excusarse, pero quedó expuesto a todas luces (lo cual le puede costar varios puntos porcentuales): “No es que simplemente apoye TikTok, es que los demócratas lo usan y yo soy un candidato joven, quiero llegar a las generaciones más jóvenes y ese es el camino”. Haley, luego de respirar profundamente, lo lapidó: “TikTok no es solo una herramienta de difusión: se lleva la información, los contactos y crea adicciones. Estás del lado de China”.
Si algo se puede rescatar de la intervención de Ramaswamy, fue que él luego señaló que es una persona joven y que, si los estadounidenses le dan su voto, él convocará a gente muy experimentada y de todas las edades a que lo asesoren y lo ayuden a que el país crezca. Indicó que inclusive, invitaría a varios de los que hoy compartieron escenario con él.
Tim Scott trató de ser “agresivo” dentro de su evidente caballerosidad y buena crianza (cualidades innegables del senador) pero lo refutaron rápidamente con argumentos. Se fue del debate sin dejar huella alguna y sin sumar algo nuevo. Su mejor intervención, fue como siempre, su propio ejemplo, rescatando el sueño americano y cómo todos pueden tener oportunidades en el país con esfuerzo y trabajo. Punto por eso, pero nada más.
Chris Christie, Mike Pence y Doug Burgum fueron los que terminaron el debate sin pena ni gloria. El momento pico para Christie fue el final, cuando fue el único que “sacaría de la isla a Trump”, pero quedó claro, por los señalamientos de sus contrincantes y los moderadores, que no tuvo una gestión superlativa en Nueva Jersey y que no pinta como candidato.
Burgum enfatizó las bondades de Dakota del Norte y cómo todos en ese Estado respetan a la policía, cómo es un buen lugar para vivir la milicia y cómo se ha logrado apoyar empresas y crear bienestar. Sin embargo, este era un debate presidencial, no un spot publicitario de Dakota del Norte, de sus empresas o de su familia. Le costó calificar al debate, pero lamentablemente, se va sin resaltar. Destacó su trayectoria empresarial y sí tuvo un momento pico cuando habló de la importancia de reenfocar por qué la cultura está fallando y no se respeta a las autoridades.
El más irrelevante de todos fue el ex vicepresidente Mike Pence. Hablaba sumamente lento, no contestaba las preguntas, de hecho, las evadía, se iba por las ramas y parecía que estuviera posando para un comercial. No sumó nada al debate y en todo momento se regocijaba en los logros que alcanzó junto a Trump. Nada nuevo y nada que pueda aportar.
Los candidatos continuarán sus campañas en cada Estado y por supuesto, dando testimonio desde sus respectivos trabajos actuales.
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Foto: josh-johnson/unsplash