El autor de “El Libro Negro Del Ecologismo” en una entrevista exclusiva para votocatolico.org a propósito de la “Exhortación Apostólica Laudate Deum Del Santo Padre Francisco A Todas Las Personas De Buena Voluntad Sobre La Crisis Climática”. ¿Qué tanta certeza hay sobre esta crisis ambiental?
Horacio Fernando Giusto Vaudagna, mejor conocido como Horacio Giusto o “Un Conserva Random” en YouTube, es docente con una Licenciatura en Filosofía (IEX – Ecuador). Es Diplomado en Filosofía por la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino. Tiene una certificación de IEX – Ecuador, con aval de la Universidad Católica de Nueva España, en “Introducción a la Filosofía”, “Filosofía Medieval,” “Lógica y Pensamiento Crítico” y “Gnoseología”.
Pero más allá de sus credencial, es autor del libro “El conservadurismo en 10 reflexiones” y “El libro negro del ecologismo”. Se desempeña como conferencista internacional y ensayista; y dirige el medio periodístico independiente “La Resistencia Radio”.
Si alguien ha visto las transmisiones en vivo de Horacio, sabe que ama explicar, extenderse y ejercer la docencia en cada intervención. Nos invita a pensar, a cuestionar y sobre todo a definir los conceptos que utilizamos cotidianamente para poder darle “cuerpo” a las palabras y que no sean simplemente contextos superficiales. Su último libro empieza así, definiendo y explicando que en el tema del cambio climático y específicamente, en cuanto a la crisis climática, hay más dudas que certezas.
Horacio, bienvenido a votocatolico.org ¿cómo se debe entender el cuidado del medio ambiente sin caer en fanatismo?
En primer lugar muchísimas gracias por la invitación, para mí es un honor poder participar de este espacio. Yendo a la pregunta en concreto, es posible tener un uso prudente del ambiente sin caer en los extremos de las ideologías. Piénsese así, pues, que un hombre para cuidar, proteger y amar a una mujer, no necesita caer en los extremos del feminismo. Muy por el contrario, bastaría tres simples ejemplos: el sentido común bastaría el ejemplo del decálogo de los cristianos o bastaría el ejemplo de la ética universal. Como se ve, simplemente aplicando cánones universales objetivos y trascendentales del bien, uno ya se puede dirigir por la vida en todos aspectos desde el simple respeto a la mujer hasta el simple respeto al medio ambiente.
En ese sentido, quienes criticamos el ecologismo no lo hacemos desde la visión mezquina, egoísta o mala, queriendo patear cachorritos y quemar bosques, simplemente que lo que mostramos, es cómo todas las naciones que han apostado a una mayor centralización económica, terminan cayendo en prácticas corporativas que favorecen justamente a grandes capitales, que son los que más han contaminado. Caso concreto es como se ve en la conferencia de partes número 26, que fue financiada por Coca-Cola Company. Entonces, estamos viendo que al final los grandes capitales obtienen protección política nacional e internacional; mientras que aquellas naciones que apuesten a una mayor descentralización económica, es decir, una apuesta a la propiedad privada, son las Naciones que finalmente terminan favoreciendo más el medio ambiente.
Cierro con este último ejemplo: China, que es el régimen comunista que más emisión de CO2 genera nivel global, la nación más contaminante y que encima se abastece de mano de obra esclava, termina siendo finalmente la más favorecida por las políticas ecologistas, porque como tiene el control total de la extracción, distribución y explotación de los 17 metales raros necesarios para lo que es el desarrollo de la energía solar, finalmente vemos que justamente el ecologismo y la Agenda 2030 lo que hace es favorecer tanto a capitales como a sistemas políticos más contaminantes históricamente.
Por eso es necesario no caer en los fanatismos de creer que porque simplemente alguien diga que está cuidando el planeta, ya lo está cuidando.
¿Qué tan cierto es que los seres humanos están destruyendo el planeta?
Se suele decir que el ser humano es un cáncer o una plaga para el planeta tierra y eso tiene muchas consecuencias, porque quien asume esta postura, debe saber de entrada que tanto las plagas, como los cáncer, son erradicados en pos de salvar el cuerpo que afectan. Considerar que el hombre es una plaga, es considerar que es una enfermedad y por lo tanto se debe extirpar. Esto de hecho es lo que viene sucediendo en el mundo con las políticas eugenésicas de control demográfico, tal como se asienta en mi segundo libro, donde explico que desde 1927 en adelante, ya se establece esta línea ideológica en materia de control demográfico.
Lo cierto también es que acá hay una contradicción para los ecologistas, porque nadie niega que el hombre contamine, de hecho el hombre es capaz de producir grandes males, pero no por eso deja de ser una persona dotada de agencia moral. Porque si el hombre fuese una plaga y alguien replicara que está mal ser una plaga, yo simplemente respondería: imagínense que tengo un árbol al frente mío y yo me enojase porque el árbol es árbol. Si el hombre es una plaga, ¿cuál es entonces el conflicto de que el hombre se comporte conforme a su propia naturaleza, salvo que se reconozca que el ser humano está dotado de intención, discernimiento y voluntad? Si el hombre está dotado de la capacidad de elegir qué hacer y qué no hacer, ya no es una plaga o un cáncer. Es un ser volitivo e intelectivo, por lo tanto, sí es susceptible de reproche moral, lo cual nos demuestra entonces, que hay una contradicción en el discurso ecologista; que por un lado está exigiendo que el ser humano tenga un comportamiento distinto al que tiene, pero que por otro lado dice que el ser humano está determinado por los factores naturales, en este caso, ser un cáncer para el planeta.
Desde una ideología que se contradice a sí misma, difícilmente se puede encontrar un mínimo grado de verdad
El Papa Francisco ha hecho un llamado a cuidar la creación y se está haciendo tendencia el “catolicismo ecológico” que implica “pecados ecológicos”. ¿Es esto coherente?
La pregunta que se plantea en torno comúnmente al Papa Francisco y el ecologismo, sería materia de seminario, que me llevaría aproximadamente dos horas explicar, pero en principio, tenemos que ver cómo se entiende el ecologismo: si simplemente como una cuestión de responsabilidad ambiental, o ya una cuestión filosófica, porque el ecologismo es principalmente inmanentista dentro de las corrientes filosóficas. Casi todos los autores ecologistas han estado a favor del control demográfico y eugenésico.
A veces se considera que [el ecologismo] simplemente es protección ambiental pero nadie lee a los autores ecologistas, que además de alarmistas y fatalistas – que llevan cinco décadas equivocándose en sus postulados, confunden lo que es contaminación con lo que es un colapso ambiental… que son cosas muy distintas.
La contaminación se puede combatir y erradicar, incluso sin la necesidad de intervención gubernamental, sino ante todo, culturalmente. Y finalmente el catolicismo tendría que, en principio, estar en contra de toda forma de control demográfico. No hay un solo ecologista que no haya promovido el control demográfico. Por eso digo hay que leer directamente los ecologistas, para no repetir discursos desde la ignorancia, que muchas veces sucede con gente que considera que el ecologismo es lo que los medios de comunicación dicen que es.
En la JMJ Lisboa se habló de comunión con el Laudato Si’ y la referencia de los ODS de la Agenda 2030. ¿Qué propone esta agenda con respecto al medio ambiente y qué supone para los católicos?
La agenda 2030 es una “agenda” de 17 postulados que se estableció en el año 2015, donde se veía necesario alcanzar determinados objetivos a nivel global, para continuar lo que era la tradición de los protocolos de Tokyo y luego la validación del Acuerdo de París queriendo llegar a un supuesto “óptimo ideal” a nivel global en materia de cuidado ambiental. Ahora bien, uno cuando indaga lo que es la agenda 2030, aparecen puntos muy específicos que son por demás antagónicos a lo que es la fe católica, principalmente el punto número 5 que valida la igualdad de género y la promoción del aborto.
Entendamos que la agenda 2030 es un cuerpo único y un núcleo central. No es posible que uno diga “yo apoyo la agenda 2030 salvo este punto” porque es similar que yo dijese yo apoyo a Vanya Thais, salvo cuando Vanya Thais habla o salvo cuando opina. No. La persona es lo que es, así también el cuerpo político en el caso de la agenda 2030, es lo que es. Cada uno de los puntos, que uno lo puede observar desde la propia página oficial de la ONU da a notar que tiende a mayor centralización económica, a una mayor reducción de la población, tienden naturalmente a un mayor poder político en desmedro de la familia y el individuo. Son objetivos que naturalmente están diseñados para evitar la industrialización y la reproducción de las Naciones emergentes.
Entonces claramente, esto resultó por demás problemático, porque muchos advertimos de que sinceramente en algún punto El Vaticano estaba siendo cómplice o simplemente no sabían lo que estaban defendiendo. Querían ser del mundo cuando el católico no debe pertenecer al mundo, ¡lo dice nuestro señor Jesucristo! No estamos llamados a pertenecer al mundo, muy por el contrario, a combatirlo porque ciertamente es un lugar que está bajo el régimen del príncipe del mal. Él no tiene nada para ofrecernos a nosotros y en ese sentido, hay que ser cuidadoso porque la agenda 2030 es principalmente una agenda de control que va contra el mandato divino de “creced y multiplicaos”.
Por eso digo, la prudencia en leer en profundidad lo que es la agenda 2030 e interiorizar, porque hay que ver la gran contradicción que hay entre lo que es esta asamblea de la juventud que presenta con el Vaticano, que en principio debería ser para promover la fe católica; y una promoción abierta del ecologismo ya institucionalizada a nivel internacional con la ONU… La misma ONU que ha estado promoviendo cuanto mal ha podido de mano del progresismo en los últimos años, siempre fue enemiga de la humanidad.
Sobre la exhortación Laudato Deum, que básicamente pide reforzar las políticas públicas en todos los países para tomar “medidas más drásticas” para “proteger el medio ambiente”, ¿qué podemos concluir?
Hay un tema con Laudato Si’ y Laudato Deum. El Santo Padre da por supuesto que el cambio climático es antropogénico. Nosotros en nuestro libro demostramos que eso está puesto en duda. No te decimos ni que sí, ni que no, sino que hay suficiente espacio de duda y además todo conocimiento científico es siempre falsable y relativo; si no, la tierra seguiría siendo estacionaria, los cisnes seguirían siendo blancos y el flojito sería el fundamento del fuego; entonces como vemos, la ciencia va variando necesariamente porque no es un conocimiento estanco, no es un conocimiento propio. La ciencia formal, al ser empírica, siempre tiene un margen de error considerable.
Por lo tanto, considerar que se puede establecer un pecado que implica la condenación de la eternidad a partir de un presupuesto científico, es cuanto menos un absurdo teológico. Es como que yo dijese: “te vas a ir al infierno si violas el mandamiento de ‘no matarás'”, pero todavía no tengo claro cuando una persona está viva o está muerta. Entonces no puedes establecer un mandamiento, si no sabes distinguir que es vida, de que es no es vida.
En ese sentido, no está claro todavía cuál es la responsabilidad del hombre en torno al cambio climático, por más que hablen de un consenso científico del 2014, que fue un acto político; y ahora algo que es tan relativo como el conocimiento empírico, que es lo más relativo que existe. Esto es algo que ya Santo Tomás de Aquino zanjó. Ese conocimiento relativo se toma como causal de pecado y en consecuencia, es causal de condenación, o sea que una persona, bajo está lógica, podría irse al infierno por lo que diga un científico. No sostiene lógica.
Cuéntanos sobre El Libro Negro del Ecologismo, ¿de qué va y qué vamos a encontrar en esta nueva entrega?
El libro cuenta de dos tomos. En el tomo 1, se hace un abordaje más filosófico, donde se explica qué es una ciencia, que es una ideología, la distinción entre ambos conceptos para que no parezca que estamos yendo en contra de la ciencia; muy por el contrario, sí atacamos el cientificismo. Luego vamos desarrollando los orígenes de los sujeto político del ecologismo, donde mostramos que todos y cada uno, sin excepción, por definición, son de izquierda… Pero porque expresamente ellos mismos lo han marcado y ahí vemos incluso lo que han llegado a escribir respecto del ecologismo.
Mostramos la verdad del ecologismo y su verdadera esencia. Parte siempre un ateísmo secular que combate el cristianismo, en primer orden y luego a la sociedad capitalista, en segundo orden. Tenemos también que en el capítulo tercero se ve todo el control demográfico que ha desarrollado el ecologismo desde 1890 en adelante y esto es una historia muy interesante, porque allí se ve que en efecto el control demográfico, que no empieza en 1984, sino que allí se termina de consolidar un proceso de casi 100 años. En el capítulo cuarto y quinto vamos viendo cómo funcionan a nivel internacional las políticas ecologistas es decir ya se traduce en materia cultural y política, principalmente en el ámbito político.
En los capítulos cuarto y quinto, hablamos de ecoteología, una nueva forma de religión. Se explica finalmente cómo, para poder sostenerse culturalmente, el ecologismo debió convertirse en una religión pagana y panteísta, donde la persona ya llega un nivel de racionalidad que no distingue al Dios verdadero del dios falso.
El tomo 2 es más mucho más técnico: allí empezamos a ver lo que es el cambio climático antropogénico: que es y qué no es. Finalmente, ¿por qué es importante tener claras las definiciones? Porque el cambio climático antropogénico es lo que sostiene la agenda 2030, con los propios datos que aporta la ONU y con los propios científicos, que llegan la conclusión de que el cambio climático existe pero que no es antropogénico.
Lo que genera el hombre es contaminación, pero no la alteración del clima que es cíclico, tal como se ve en el período cálido medieval. El tomo dos sí se va desarrollando más ese punto específico, igual que cómo afecta directamente el derecho de propiedad a la agenda ecologista y cómo se va a su vez generando un gran monopolio global por parte del régimen comunista chino.
Entonces el tomo dos es mucho más técnico y tomo uno, un poco más filosófico, pero que es necesario para combatir la agenda del ecologismo. Para finalizar, muchísimas gracias de corazón por el tiempo y el espacio; y que Dios los bendiga a todos.