Un politólogo culpa a la escasez sin precedentes de reclutamiento militar por la decisión del gobierno de convertir las fuerzas armadas estadounidenses en un terreno experimental para políticas woke.
En una publicación reciente de X, Kevin Wallsten, Ph.D., profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de California, presenta datos estadísticos que muestran que “el porcentaje de familiares de militares que recomendarían el servicio a sus hijos disminuyó del 55% en 2016 al 32% en 2023”.
“En relación con esto, al ejército le faltaron 41.000 reclutas para alcanzar su objetivo de 2023 y ahora está en su tamaño más pequeño desde 1940”, dice también la publicación.
En su cuenta de Substack, “The Missing Data Depot”, Wallsten preguntó anteriormente por qué tan pocos jóvenes están dispuestos a servir en el ejército. “Para algunos observadores conservadores, la respuesta es obvia: las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) cada vez más “woke” del Pentágono están alienando a los grupos más inclinados a servir en las fuerzas armadas (conservadores blancos, sureños blancos y blancos que viven en zonas rurales).”
Wallsten proporciona enlaces a analistas anteriores que plantean el mismo argumento. En particular, señala un análisis escrito por Jimmy Byrn, graduado de la Facultad de Derecho de Yale, ex oficial blindado del ejército estadounidense y miembro de la junta directiva de “Vets on Duty”.
En un artículo publicado en 2022 por el Wall Street Journal, “¿Qué pasaría si estalla una guerra y las FFAA fueran progres?”, explica Byrne que el competitivo mercado laboral, al que los actuales líderes militares culpan de la escasez de reclutamiento, no puede considerarse una razón importante.
“La tasa de desempleo hoy es del 3,6%, aproximadamente la misma que en 2019. Sin embargo, en 2019 el Ejército superó sus objetivos de reclutamiento”, escribió Byrne.
“¿Qué explica entonces el cambio? Quizás una respuesta esté en la aceptación generalizada por parte del Pentágono de la política despierta”, observó.
“A esto se suma el activismo de género divisivo”, escribió Byrne, explicando que “tales medidas no sólo han afectado la moral de la unidad, según algunos miembros del servicio, sino que también han constituido una forma de anti-reclutamiento para posibles alistados. El Pentágono está apelando a los activistas a expensas de aquellos que tienen más probabilidades de servir”.
“Un ejército que parezca abandonar su papel apolítico tendrá más dificultades para atraer a sus filas a un gran número de guerreros y patriotas. Dar la bienvenida a las políticas woke bajo una idea deformada de inclusión puede servir para excluir a aquellos que tradicionalmente tienen más probabilidades de servir”, concluyó.