El arzobispo Salvatore Cordile, de la archidiócesis de San Francisco, dice que los líderes católicos y los laicos deben participar en una educación adecuada. La Iglesia Católica está experimentando una crisis de dirección en los Estados Unidos. El laicado está menos educado en la fe que las generaciones pasadas y sus instituciones tienen mucho menos poder político que en décadas anteriores.
El Arzobispo Salvatore Cordileone de la Arquidiócesis de San Francisco le dijo a Fox News Digital en una entrevista exclusiva que educar adecuadamente a los católicos y organizarse en torno a problemas sociales críticos es la única forma en que la Iglesia Católica puede avanzar de regreso a la arena cultural moderna.
“En nuestra propia Iglesia Católica, estamos en una lucha por vivir nuestra fe en un mundo que se ha vuelto muy secularizado, pero secularizado no en el sentido de estar separado de la religión, sino con un sistema de valores que es hostil a algunos valores básicos que tenemos”, dijo el arzobispo. “¿Cómo vivimos nuestra fe con integridad?”
La postura de línea dura de la Iglesia Católica sobre temas sociales tensos como el aborto, el matrimonio homosexual, el transexualismo, la pena capital, la eutanasia y la inmigración ha convertido a la institución en una entidad política central durante siglos en los Estados Unidos.
Como tal, la enseñanza social contra la pena de muerte y la defensa de los inmigrantes ilegales a menudo coloca a la Iglesia Católica en desacuerdo con los políticos y votantes conservadores. Al mismo tiempo, la estricta oposición de la iglesia al aborto y los estilos de vida LGBTQ genera enemigos entre las comunidades progresistas.
Cordileone dice que tiene la esperanza de que su iglesia pueda encontrar un lugar fuera de la división política cada vez más rígida del país.
“En la sociedad polarizada en la que vivimos, es difícil abrirse paso. Pero creo que tenemos una tradición intelectual muy profunda, y hay mucho en lo que basarnos en términos de nuestra comprensión de la persona humana, cuál es nuestro papel: ser creados a imagen de Dios, eso nos da esta categoría intrínseca. Y creo que tenemos mucho que aportar”, insistió el arzobispo.
El arzobispo la tiene clarísima: batalla espiritual, batalla cultural y batalla política.
Quizás lo más importante, cree Cordileone, es criar niños fieles “para que puedan estar bien formados, arraigados intelectualmente y capaces de seguir una carrera de servicio comunitario o incluso en la política, para ser la fuerza que cambia la cultura con su propia participación”.
—
Foto: josh-applegate/unsplash