El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) publicó el jueves un amplio informe de 400 páginas advirtiendo sobre los graves riesgos a largo plazo asociados con someter a los niños a la llamada “atención de afirmación de género”, incluida la infertilidad y el daño psicológico.
El informe encontró evidencia científica “muy débil” que respalda el uso de bloqueadores de la pubertad, hormonas cruzadas y procedimientos quirúrgicos en niños que sufren disforia de género, y concluyó que estos tratamientos tienen consecuencias significativas y a menudo irreversibles.
“A pesar de la creciente presión para promover intervenciones médicas perjudiciales para menores, esta revisión deja algo claro: hay evidencia extremadamente débil de que los bloqueadores de la pubertad, las hormonas cruzadas o las cirugías tengan algún beneficio en niños y adolescentes con disforia de género”, dijo la secretaria de prensa del HHS, Vianca Rodríguez Feliciano, a The Daily Signal.
“Al mismo tiempo, los riesgos —en particular los daños permanentes como la infertilidad— son cada vez más innegables”.
‼️🚨New report from HHS and OASH on the treatment of pediatric gender dysphoria just published this morning.
— Suzy Shofar (@suzylebo) May 1, 2025
It’s a sober, well-reasoned methodologically rigorous assessment, sensitive to the politicized nature of the subject, and relies squarely on evidence-based medicine.… pic.twitter.com/zu9YdxMBgm
El HHS afirmó que el informe «destaca un creciente conjunto de evidencia que apunta a riesgos significativos, incluyendo daños irreversibles como la infertilidad, a la vez que encuentra evidencia muy débil de beneficio. Esta debilidad ha sido un hallazgo constante en revisiones sistemáticas de la evidencia en todo el mundo».
El resumen ejecutivo del informe destacó que la mayoría de los casos de disforia de género en menores se resuelven sin intervención médica.
“Nuestro deber es proteger a los niños de nuestra nación, no exponerlos a intervenciones médicas no probadas e irreversibles”, declaró el Dr. Jay Bhattacharya, director de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH). “Debemos seguir el modelo de oro de la ciencia, no las agendas activistas”.
El resumen divide el informe en cinco secciones: antecedentes, análisis de la evidencia, realidades clínicas, consideraciones éticas y psicoterapia. Si bien no se identificaron los autores del informe, el HHS indicó que entre los colaboradores se encontraban médicos, especialistas en ética médica y un metodólogo.
La publicación del jueves sigue a una orden ejecutiva de enero titulada “Proteger a los niños de la mutilación química y quirúrgica”, que prometía recortar la financiación federal a las instituciones que realizan tratamientos nocivos en menores.
“Hoy en día, en todo el país, profesionales médicos mutilan y esterilizan a un número creciente de niños influenciables bajo la afirmación radical y falsa de que los adultos pueden cambiar el sexo de un niño mediante una serie de intervenciones médicas irreversibles”, declaró el presidente Donald Trump en enero. “Esta peligrosa tendencia será una mancha en la historia de nuestra nación y debe cesar”.
Desde que se emitió la orden, varios hospitales infantiles han suspendido el uso de bloqueadores de la pubertad, hormonas cruzadas y cirugías relacionadas con personas trans.
El nuevo informe del HHS parece apoyar la directiva, y concluye: “A pesar de la creciente presión para promover estas drásticas intervenciones médicas para los jóvenes de nuestra nación, la revisión lo deja claro: la ciencia y la evidencia no respaldan su uso, y los riesgos no se pueden ignorar”.
En junio pasado, CatholicVote informó que documentos judiciales internos revelaron que el HHS de Biden-Harris había presionado a la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero (WPATH) para que eliminara los mínimos de edad para los medicamentos hormonales y las cirugías en sus pautas.
Según se informa, la subsecretaria de Salud de Biden, Rachel (nacido Richard) Levine, instó a la organización a revisar sus estándares para alinearlos con la agenda pro-“transgénero” de la administración.