Fides News, la agencia de noticias oficial del Dicasterio para la Evangelización del Vaticano, informa que 13 misioneros católicos fueron asesinados en todo el mundo en 2024.
Desde el año 2000, la Agencia Fides publica un informe anual completo sobre los misioneros católicos asesinados mientras trabajaban en proyectos pastorales durante el año pasado. Desde el año 2000 hasta el 2024, la Agencia Fides ha registrado un total de 608 misioneros asesinados en todo el mundo.
Como explica el informe, “[la lista] no se refiere sólo a los misioneros y a la pastoral ‘ad gentes’ en sentido estricto, sino que considera el término ‘misionero’ en un contexto más amplio, que abarca a todos los católicos que estuvieron involucrados de algún modo en obras pastorales y actividades eclesiales y que murieron violentamente, aunque no murieron expresamente ‘por odio a la fe’”.
En 2024, según Fides, ocho sacerdotes y cinco laicos, un total de 13, fueron asesinados en todo el mundo.
“También este año, África y América Latina han registrado el mayor número de agentes pastorales asesinados: cinco en ambos continentes”, afirma Fides. El informe detalla que “un total de 6 hombres fueron asesinados en África (2 en Burkina Faso, 1 en Camerún, 1 en la República Democrática del Congo y 2 en Sudáfrica), 5 en América (1 en Colombia, 1 en Ecuador, 1 en México y 1 en Brasil) y dos en Europa (1 en Polonia y 1 en España)”.
Dado que sólo cubre a los misioneros, el informe no incluye el asesinato de sacerdotes locales, agentes pastorales y católicos de base, como los muchos asesinados en 2024 en Nigeria, India, Pakistán y Siria, entre otros.
El informe de Fides de 2024 señala que de la poca información disponible sobre las circunstancias de vida y muerte de los misioneros, es evidente que “a menudo son testigos y misioneros que sacrificaron desinteresadamente sus vidas a Cristo hasta el final”.
“Los misioneros y agentes pastorales asesinados no estaban en el centro de atención”, afirma Fides, “sino que trabajaban para dar testimonio de su fe en la vida cotidiana, no sólo en contextos marcados por la violencia y el conflicto”.