Un juez federal bloqueó temporalmente la decisión de la administración Trump de prohibir a la Universidad de Harvard inscribir a estudiantes internacionales, apenas un día después de que se anunciara la política.
La jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Allison Burroughs, concedió la solicitud de Harvard de una orden de restricción temporal, y escribió en un breve fallo de dos páginas el 23 de mayo que la universidad sufriría “daños inmediatos e irreparables” si se permitía que la orden siguiera vigente.
La decisión se tomó horas después de que Harvard demandara al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que había revocado la certificación de la universidad bajo el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP). Sin dicha certificación, Harvard tendría prohibido admitir nuevos estudiantes internacionales, y los estudiantes actuales tendrían que transferirse o abandonar el país.
En su demanda, Harvard alegó que las acciones de la administración violaron la Primera Enmienda, la Cláusula del Debido Proceso y la Ley de Procedimiento Administrativo.
“Este es el último acto del gobierno en clara represalia por el ejercicio de los derechos amparados por la Primera Enmienda por parte de Harvard al rechazar las exigencias del gobierno de controlar la gobernanza, el currículo y la ideología de su profesorado y estudiantes”, se lee en el documento. “Las acciones del gobierno son ilegales por otras razones igualmente claras y perniciosas”.
La orden del DHS se produjo tras la negativa de Harvard a cumplir plenamente con una solicitud de la secretaria Kristi Noem para obtener los registros de estudiantes extranjeros presuntamente involucrados en delitos penales o disciplinarios. En una declaración pública, Noem acusó a la universidad de permitir que “agitadores antiestadounidenses y proterroristas” crearan un campus inseguro, citando específicamente los ataques a estudiantes judíos y una colaboración más amplia con el Partido Comunista Chino.
Según la demanda, Harvard afirmó que presentó la documentación solicitada dentro del plazo, pero la administración la rechazó por considerarla “insuficiente”, sin explicar por qué.
La portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, defendió las acciones de la administración el viernes en una declaración a CNN.
“Han fracasado repetidamente en tomar medidas para abordar los problemas generalizados que afectan negativamente a los estudiantes estadounidenses y ahora deben enfrentar las consecuencias de sus acciones”, dijo Jackson.
Esta medida es la última escalada en la ofensiva más amplia de la administración Trump contra las universidades de élite, a las que acusa de promover ideologías de izquierda. El mes pasado, la Casa Blanca congeló más de 2.200 millones de dólares en fondos federales a Harvard debido a la negativa de la universidad a desmantelar sus programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y a su incapacidad para abordar el antisemitismo en el campus. Esta congelación de fondos también está siendo impugnada en los tribunales.