La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, anunció su próxima gira internacional que incluirá visitas estratégicas a El Salvador, Colombia y México. Su objetivo: reforzar la cooperación internacional en temas de seguridad, crimen organizado y migración ilegal, temas que —según ella— tienen un impacto directo en la vida de los ciudadanos estadounidenses. Se enviará un mensaje claro a los criminales, según el DHS.
“Estamos viendo cómo las decisiones que se toman en América Latina impactan directamente en la seguridad de los ciudadanos de Dakota del Sur y de todo Estados Unidos”, afirmó Noem en declaraciones recogidas por Fox News.
No es casualidad que la primera parada de Noem sea El Salvador. El presidente Nayib Bukele ha ganado notoriedad internacional por su política de “mano dura” contra las pandillas. La gobernadora estadounidense ha mostrado interés en conocer de primera mano cómo estas medidas han contribuido a reducir los niveles de violencia.
Cabe destacar que Bukele ya había establecido vínculos con políticos estadounidenses como el senador Marco Rubio, con quien se reunió el año pasado para explorar un controvertido acuerdo que permitiría a El Salvador recibir a criminales deportados de EE.UU. a cambio de inversiones en seguridad. Esta iniciativa fue recibida con críticas por sectores que la ven como una forma de “tercerizar” el problema carcelario estadounidense, pero también como una oportunidad para países como El Salvador de negociar en mejores condiciones.
Queremos aprender de lo que El Salvador ha hecho exitosamente y ver si podemos implementar algunas de esas estrategias en nuestros propios estados.
Kristi Noem para Fox News
En Colombia, Noem se enfocará en las redes de narcotráfico que tienen influencia directa en la crisis del fentanilo en EE.UU. La colaboración bilateral entre ambas naciones ha sido clave en operativos conjuntos y estrategias de interdicción de drogas.
Pero la parada más delicada será en México, país marcado por la violencia de los cárteles y la impunidad institucional. En los últimos días, ha causado horror la aparición de campos de concentración clandestinos en el estado de Jalisco, donde se han encontrado hornos crematorios y fosas clandestinas utilizadas por el crimen organizado.
A pesar de la gravedad de estos hallazgos, la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ha sido criticada por su silencio. Su falta de posicionamiento ante las violaciones masivas de derechos humanos ha encendido las alarmas entre activistas, periodistas y familiares de desaparecidos.
El contraste entre la situación actual de México y los logros en El Salvador es cada vez más evidente. Mientras Bukele presume haber reducido los homicidios a cifras históricas mínimas, México atraviesa una crisis humanitaria.
Desde que comenzó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador en 2018, se han registrado más de 170,000 homicidios y más de 46,000 personas desaparecidas, según datos oficiales. Tan solo en Jalisco, uno de los estados más golpeados por el crimen organizado, hay más de 15,000 desaparecidos registrados, lo que lo convierte en el epicentro de la tragedia nacional.
Organizaciones civiles acusan al gobierno de “normalizar la barbarie” y de no actuar con la urgencia que requiere la situación. La reciente elección de Claudia Sheinbaum no ha generado señales claras de un cambio de rumbo.
El viaje de Noem no solo tiene un componente diplomático, sino también político. Su firme postura contra el narcotráfico, su defensa de la frontera y su cercanía con el expresidente Donald Trump la posicionan como una figura relevante en el escenario republicano nacional. Su proyección internacional parece ser un paso más hacia un futuro rol federal.
Estas visitas son fundamentales para construir relaciones bilaterales más fuertes y efectivas. No podemos proteger a nuestras comunidades sin entender y colaborar con quienes enfrentan los mismos desafíos en sus propios territorios.
Kristi Noem