La administración del presidente Trump acusa a la fiscal Letitia James de usar su cargo con fines políticos. Desde la Casa Blanca aseguran que no hubo fraude y que se trata de una persecución contra el mandatario y sus votantes.
La presidencia de Donald J. Trump ha lanzado un nuevo contraataque legal contra la fiscal general de Nueva York, Letitia James, intensificando una larga disputa marcada por acusaciones de motivaciones políticas. En esta ocasión, la administración Trump acusa a James de tergiversar y manipular el sistema judicial para perseguir al presidente y su familia mediante una demanda civil sobre presunto fraude en las valoraciones de activos inmobiliarios.
Según el equipo legal de la Casa Blanca, la fiscal James ha traspasado los límites institucionales al utilizar su cargo para una “cacería de brujas”, ignorando principios de imparcialidad judicial. En palabras del presidente Trump:
“No me están atacando a mí. Están atacando a toda la nación porque quieren destruir a cualquiera que se atreva a desafiarlos. Y no lo vamos a permitir”.
En la demanda presentada por la fiscalía estatal, se alega que Trump y la Organización Trump inflaron el valor de propiedades para obtener condiciones más favorables de bancos y aseguradoras, incluyendo activos como Mar-a-Lago y edificios emblemáticos en Nueva York. Sin embargo, desde la Casa Blanca aseguran que estas prácticas no solo eran estándar en la industria inmobiliaria, sino que fueron presentadas con cláusulas de exención claras para las entidades financieras involucradas.
“Los bancos que trabajaron con nosotros estaban más que satisfechos. Les devolvimos todo y con intereses. No hubo víctima, ni daño, ni delito”, declaró el presidente en un reciente mitin en Carolina del Norte.
La respuesta no se hizo esperar entre los principales aliados del presidente. La senadora Marsha Blackburn (R-TN) expresó en X (antes Twitter):
“Letitia James no actúa como fiscal, sino como militante política. Su obsesión con Trump es una amenaza para la confianza pública en el sistema judicial”.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, también se pronunció:
“No hay crimen, solo persecución. Esto es lo que pasa cuando una fiscal utiliza su cargo como arma política contra un presidente legítimamente electo”.
Por su parte, el representante Jim Jordan (R-OH), presidente del Comité Judicial de la Cámara, afirmó que investigará si ha existido una coordinación indebida entre la fiscalía de Nueva York y funcionarios federales:
“Vamos a llegar al fondo de esto. La justicia no puede ser selectiva ni partidista”.
Este nuevo capítulo legal se suma a la narrativa de persecución que el mandatario ha denunciado desde su regreso a la presidencia, en un contexto donde muchos ven a Letitia James como un engranaje del aparato demócrata para frenar el avance conservador en el país.
A la espera de los próximos movimientos judiciales, la administración ha dejado claro que seguirá luchando “no solo por la verdad, sino por todos los estadounidenses que quieren un sistema justo, sin venganzas políticas”.