Barbara Butch, la mujer drag queen que pariodió a “Cristo” en la versión degenrrada de la Última Cena Olímpica, ha anunciado una serie de demandas contra presuntos acosadores en línea. Ella misma dijo que quería un “Nuevo Testamento Gay” y que estaba orgullosa de ser “judía, lesbiana y gorda”.
En una declaración publicada en el Instagram de Barbara Butch el 29 de julio, la abogada de la artista drag, Audrey Msellati, afirmó que “desde la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, la artista, DJ y activista Barbara Butch ha sido objeto de una campaña extremadamente violenta de acoso y difamación”.
“Ha sido amenazada de muerte, torturada y violada, y también ha sido objeto de numerosos insultos antisemitas, homofóbicos, sexistas y groseros”, añade el comunicado.
Mselleti insistió en los valores e intenciones personales de su cliente al actuar, afirmando que “la inclusión y el amor por los demás siempre han estado en el corazón de su proyecto artístico: promover festividades para todos, independientemente de la edad, la orientación sexual, el origen, la religión o el género”.
La abogada señaló además que su clienta está presentando varias denuncias contra los presuntos acosadores, “y tiene la intención de procesar a cualquiera que intente intimidarla en el futuro”.
“Toda mi vida me he negado a ser una víctima”, afirma Butch en el pie de foto de la publicación: “No me callaré. No tengo miedo de quienes se esconden detrás de una pantalla o un seudónimo para escupir su odio y sus frustraciones. Lucharé contra ellos sin temblar jamás. Estoy comprometido y estoy orgulloso”.
El espectáculo de drag olímpico ha recibido numerosas críticas de parte de católicos y cristianos conservadores de todo el mundo que creen que la actuación se burla intencionalmente de la Última Cena.
El organizador del espectáculo, Thomas Jolly, ha negado la acusación, afirmando que su intención era retratar “una gran fiesta pagana vinculada a los dioses del Olimpo”.
Sin embargo, Barabara Butch publicó una imagen de la actuación en una historia de Instagram que luego eliminó, con el título “¡OH SÍ! ¡OH SÍ! ¡EL NUEVO TESTAMENTO GAY!”.
Por su parte, el Comité Olímpico emitió un comunicado en el que afirma que “nunca hubo intención de faltar el respeto hacia ningún grupo o creencia religiosa”.
La declaración también agregó que el Comité dijo que “si alguien se sintió ofendido por ciertas escenas, fue completamente involuntario y lo lamentaron”.