La tauromaquia no es solo una tradición, sino un símbolo de libertad y resistencia frente a las imposiciones ideológicas que buscan erradicar nuestra identidad cultural. ¿Sabías que la liturgia taurina y la simbología de la Fiesta Brava han estado históricamente ligadas a la visión cristiana del sacrificio y la redención? Descubre más aquí.
En un texto, David Agustín ‘Bogus’ Belgodere, habla de la lucha por la tauromaquia, que no es solo una cuestión de tradición o afición, sino una defensa de la libertad y la identidad cultural. La reciente manifestación en Ciudad de México, donde veterinarios y zootecnistas protestaron por la muerte del Dr. Héctor Hernández Cañas a manos de una pareja que lo atacó por no salvar a su mascota, se encontró con otra protesta: la de los defensores de la tauromaquia en el Congreso. Entre pancartas y consignas, un mensaje destacó: “La ignorancia de los animalistas es un obstáculo para el bienestar animal”. Esta frase sintetiza un problema de fondo: el radicalismo animalista ha distorsionado el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, sobreponiendo los derechos de los animales a los de las personas.
Belgodere denuncia esta tendencia como el resultado de un discurso ideológico que comenzó con la “Declaración de Cambridge sobre la Conciencia”, la cual ha servido para otorgar cualidades humanas a los animales sin fundamento científico ni filosófico. Bajo esta visión, los activistas han logrado prohibiciones como la de los animales en los circos en 2015, lo que solo trajo desempleo y la muerte de miles de animales en condiciones de abandono. Ahora, con el concepto de “animalismo-especismo”, se pretende incluso equiparar los derechos de los animales con los humanos, en un intento más de deshumanizar a la sociedad.
Hay quienes defienden la tradición y la cultura como bastiones de la verdadera soberanía. Y entre estas tradiciones, la tauromaquia destaca como una expresión auténtica de la identidad hispana. Belgodere señala que la Fiesta Brava no es solo un espectáculo, es una industria que genera más de 5,500 millones de pesos anuales y miles de empleos. Más aún, es una manifestación del espíritu de libertad y valentía que ha caracterizado a la hispanidad a lo largo de la historia.
La tauromaquia no solo es un símbolo de libertad y tradición, sino que también mantiene una relación profunda con la fe católica. La liturgia taurina y la simbología de la Fiesta Brava han estado históricamente ligadas a la visión cristiana del sacrificio y la redención. Las plazas de toros han sido bendecidas, y muchos toreros, devotos, han consagrado sus faenas a santos y vírgenes, encomendándose a la protección divina antes de entrar al ruedo. La tauromaquia representa la lucha del hombre contra la muerte, el valor frente al miedo y la entrega total de sí mismo, reflejando los valores del martirio cristiano. En este sentido, la Fiesta Brava es también una expresión de fe, una manifestación de la relación del hombre con Dios y el destino que le ha sido trazado.
Antonini de Jiménez, profesor universitario y autor del libro ¿Por qué deberías ser taurino?, refuerza esta idea al señalar que la tauromaquia no solo es cultura, sino un verdadero símbolo de libertad. Según él, asistir a una corrida de toros no es solo un acto de afición, sino una reafirmación de valores esenciales: la valentía, la lealtad y la entrega. Estos tres pilares son la antítesis del mundo moderno, donde la mediocridad, la cobardía y la corrección política dominan el pensamiento.
En su libro, Antonini relata su propio cambio de perspectiva, desde un escepticismo inicial hasta la comprensión de que la tauromaquia representa una forma de resistencia frente a un mundo que cada vez busca más la servidumbre. Su reflexión es clara: los enemigos de la libertad odian los toros porque la tauromaquia simboliza precisamente lo que ellos buscan destruir. Como bien dice: “Los toros están muy cerca de los valores que patrocinan la libertad y al final se trata de elegir entre un mundo libre o un mundo de siervos”.
La importancia de esta visión no solo se queda en el ámbito de los libros y la teoría. Antonini de Jiménez estará el próximo 7 de marzo en la Casa de la Cultura de Arahal, España, donde ofrecerá la conferencia Tauromaquia: El Último Bastión de la Libertad, acompañado por Eduardo Pastor como moderador y el matador de toros Adrián Torres. Un evento que promete no dejar indiferente a nadie y que reafirma la tauromaquia como un símbolo de identidad y resistencia ante el avance de ideologías que buscan eliminar nuestras raíces.
Defender la Fiesta Brava, entonces, es mucho más que proteger una tradición. Es una lucha por la libertad, por la cultura, por la soberanía y por la dignidad humana. En una sociedad que cada vez se inclina más hacia la mediocridad y la sumisión, la tauromaquia sigue siendo una trinchera en la que se defienden valores eternos. Porque, como bien señala Antonini, ser taurino te hace mejor persona.