La reciente elección del cardenal Robert Francis Prevost como Papa León XIV marca la primera vez en la historia de la Iglesia Católica que el Vicario de Cristo proviene de la Orden de San Agustín.
El Papa León XIV, originario de Chicago, ingresó en la Orden Agustina en 1977 y fue ordenado sacerdote en 1982. Sirvió durante más de 20 años en Perú como misionero, rector de seminario y, finalmente, obispo. En 2001, fue elegido prior general de los Agustinos, cargo que ocupó durante dos mandatos, guiando la Orden a nivel mundial con un enfoque en la unidad y la caridad, sellos distintivos de la espiritualidad agustiniana.
En su primer discurso como Papa, dijo: «Soy agustino, hijo de san Agustín, quien dijo: “Con vosotros soy cristiano, y para vosotros soy obispo”. En este sentido, todos podemos caminar juntos hacia la patria que Dios nos ha preparado».
La orden agustiniana tiene sus orígenes en la Toscana del siglo XIII, donde grupos de eremitas se unieron en busca de una vida religiosa compartida. Bajo la guía del papa Inocencio IV, adoptaron la Regla de San Agustín y gradualmente formaron una comunidad unificada.
Aunque inicialmente era contemplativa, la orden pronto abrazó tanto la oración como el ministerio pastoral, creciendo rápidamente y extendiéndose por Europa y territorios misioneros. Los agustinos se hicieron conocidos por su predicación, enseñanza y compromiso con la vida comunitaria, arraigada en el amor de Dios y la búsqueda de la verdad.
Hoy en día, los agustinos ejercen su ministerio en aproximadamente 50 países.
Las primeras acciones del Papa León XIV parecieron reflejar sus raíces agustinianas. Durante su primera aparición pública como Papa, portó una cruz pectoral que contenía reliquias de San Agustín y su devota madre, Santa Mónica.
The pectoral cross worn by Pope Leo XIV during his first public appearance contained sacred relics of Augustinian saints, including St. Augustine, St. Monica, St. Thomas of Villanova, and Blessed Anselmo Polanco, according to Daily Tribune. pic.twitter.com/MwMBS9x4oo
— Sachin Jose (@Sachinettiyil) May 9, 2025
En una entrevista de 2023 con la Orden Agustiniana, el entonces cardenal Prevost afirmó que los escritos de san Agustín «afectan todos los aspectos de la vida y nos ayudan a vivir en comunión. La unidad y la comunión son carismas esenciales de la vida de la Orden y parte fundamental de la comprensión de qué es la Iglesia y qué significa estar en ella».
En una reflexión de 2005 sobre el liderazgo y la espiritualidad agustiniana, el Papa León, entonces prior general de la Orden de San Agustín, enfatizó que el liderazgo auténtico comienza con la humildad.
«Un verdadero líder cristiano, un verdadero líder agustiniano, debe ser, ante todo, un fiel seguidor de Cristo», escribió. «Y Cristo nos ha mostrado el camino, que es el de la humildad. Liderar de cualquier otra manera corre el grave peligro de desviarse del camino, convirtiendo el verdadero objetivo en «mis ideas», «mis planes», «mi gloria personal»».
También señaló en su reflexión que el liderazgo en la tradición agustiniana implica fomentar la comunión entre aquellos a quienes uno está llamado a servir, y que un “líder es un hermano o hermana entre hermanos y hermanas”.