‘Libertrolls Mileístas’ Blasfeman Contra La Fe Católica En Redes
Hace tiempo vemos algo peligroso entre los fanáticos (porque eso son) de Javier Milei en redes sociales: un mesianismo que pretende ponerlo al nivel de Jesucristo, como si fuera un nuevo becerro de oro. El presidente, que está en proceso de conversión al judaísmo, no se ha pronunciado a favor ni en contra.
La cruzada del Padre Javier Olivera Ravasi
Recientemente, el sacerdote Javier Olivera Ravasi, conocido por su defensa inquebrantable de la fe católica, denunció este comportamiento. El episodio que encendió la discusión fue una imagen compartida por el influencer “Gordo Dan”, donde se veía a Milei en el cuerpo de Cristo con la frase: “Llegó la lluvia a El Bolsón”. Ante esto, Olivera Ravasi respondió con firmeza: “De Dios nadie se burla” (Gál 6,7), y señaló que equiparar a Milei con Jesucristo es una afrenta no solo a la fe católica, sino a los muchos cristianos que votaron por él.
En su respuesta, “Gordo Dan” se negó a disculparse y dobló la apuesta, atacando al Papa Francisco y asegurando que su misión es “destruir a los comunistas”. Este tipo de discurso, que confunde la política con la religión, alimenta una peligrosa radicalización en redes, donde se distorsiona la fe con fines partidarios. El propio Milei, que se encuentra en proceso de conversión al judaísmo, no se ha pronunciado ni a favor ni en contra de estas prácticas, permitiendo que sus seguidores continúen con estas representaciones sacrílegas.
Los católicos reaccionan: todos se dieron cuenta
El influencer católico Gonzalo Sánchez Rey hizo hincapié en la última “limpia” que hizo Karina Milei, la hermana del presidente a la que por cierto, llama “jefe”. La señora habría usado “vinagres hindúes” para “ahuyentar espíritus”. Claro, no sabemos bien qué “espíritus” teniendo en cuenta que el mismo presidente habla con sus perros muertos con “asistencia” de una “médium”. Como dijo el tuitero: “Cada día más alejados de Dios”.
El Padre Pablo Pich también hizo sentir su incomodidad hacia los fanáticos que, con o sin el aval de su dios Milei, han vulnerado por lo menos con tres imágenes, la fe de millones de personas. El sacerdote, además, hizo énfasis en la conversión al judaísmo del presidente: “La sinagoga de Satanás”.
Otra usuaria hizo un comparativo en la que ambos extremos se juntan: puso una de las imágenes blasfemas de los fanáticos de Milei al lado de una manifestación feminista que burlaba a la Virgen María. La respuesta de los usuarios católicos de X, fue contundente: ambas son blasfemias inmundas.
Como habíamos señalado anteriormente, idolatrar a una figura política liberal, jamás es una buena idea. Si bien hay grandes coincidencias en ciertas políticas, no podemos obviar estas tremendas faltas de respeto.
El escritor y conferencista Cristian Rodrigo Iturralde, quien reivindica la identidad hispana y la fe católica, fue contundente contra la blasfemia, defendiendo su fe católica.
El Juez López: una voz disidente y firmemente católica
Otro que se sumó a la crítica fue el juez federal de Mar del Plata, Alfredo López, quien también denunció el uso de imágenes cristianas con la cara del presidente. En un intercambio con el usuario mileísta “Traductor Te Ama”, quien había publicado una imagen de iconografía cristiana con la figura de Milei, el juez declaró con dureza: “Éste la va a pasar mal, pero muy mal”. La respuesta del tuitero no se hizo esperar y acusó al juez de “amenazas”. El cruce terminó con López respondiendo al estilo libertario: “No seas trolo”.
Posteriormente, el juez se ha tomado la molestia de exponer a este fanático como un posible transexual, que es servil al gobierno pero no gratuitamente. El troll, apodado “traductor”, había posteado por lo menos 3 imágenes blasfemas en las que pone a Milei como las tres figuras de la trinidad.
Estos episodios demuestran un problema más profundo dentro del mileísmo en redes: la falta de límites en su fanatismo. Mientras algunos de sus seguidores lo idolatran hasta niveles absurdos, atacan con furia a cualquiera que cuestione sus excesos. La política puede inspirar pasiones, pero cuando se mezcla con la religión de esta manera, el resultado no es otra cosa que un nuevo becerro de oro.