El influencer hondureño radica en los Estados Unidos y desde ahí, se ha vuelto más activo en la batalla cultural. Polémico de sobra y honesto como pocos, Luis Faraj no duda en criticar a las vacas sagradas del conservadurismo y lucha por un futuro que tenga a Cristo en medio. Aquí una entrevista en exclusiva.
Buscar el background de Luis Faraj es bastante peculiar, porque tuvo dos picos fuertes de viralización: uno por su atractivo físico y otro por su intención de proteger sus ojos y su mente de pensamientos impuros en el gimnasio. Increíble, ¿no? Bueno, Faraj ha demostrado ser mucho más que un tipo fornido y tatuado: es un hombre de Dios y una persona profundamente comprometida con la teología, la filosofía, la evangelización y la batalla cultural.
“Estamos pasando lo que estamos pasando porque el hombre se ha olvidado de Dios”. Cerrabas uno de tus últimos reels con esta frase de Aleksandr Solzhenitsyn. ¿Qué tan importante es que la sociedad vuelva la vista al cristianismo?
El motivo por el cual necesitamos volver a un punto objetivo es porque necesitamos un anclaje en cuanto a lo que es derecho, a lo que es deber humano o lo que se conoce como valores. Entonces, desde el momento que nosotros negamos que Dios existe, negamos todo lo que viene con Dios y todas sus cualidades teológicas. Se habla mucho de los “valores de occidente, que vienen del judeo-cristianismo y tenemos que volver a eso”, la pregunta es por qué tenemos que volver a eso y la respuesta es simple: porque sin Dios, hay anarquía; sin Dios, hay secularismo; y si hay secularismo, hay subjetividad humana, es decir, actividad humana sin un marco moral de referencia que no sea el mismo humano.
Un claro ejemplo es la revolución francesa: lo legal o lo político terminó pesando más que la fe, la religión y su tradición. Los “grandes revolucionarios” decían que no se necesitaba la Biblia como compás moral, sino el racionalismo, la razón humana. Por eso decimos que volver a Dios es volver al objetivo, volver a la Causa Final, el diseño perfecto para la creación. Toda duda existencial se resuelve poniendo a Dios en la ecuación.
La batalla cultural tiene muchísimas aristas, pero pocos recuerdan la importancia de la humanidad y la formación académica constante: ¿Qué ingredientes debe tener la próxima generación de líderes de la batalla cultural?
La formación académica nos permite contrastar efectivamente las ideas que vienen de la izquierda y también de la derecha, para ponerlas en un lugar de juicio y crítica objetivo. La educación profesional es crucial, es un arma y de hecho se puede lograr a través de la formación tradicional o alternativa. Yo siempre recomiendo que comiencen en el área de la filosofía, el arma letal, el poder llegar a criticar, el ser escéptico ante todo y ponerlo en un plano donde todo puede ser discutido en la búsqueda de la verdad.
Yo sé que existe mucho ánimo en redes sociales, de poder hacer vídeos, reels, tuits, canales de YouTube protestando y haciendo contenido pero lo que yo siempre trato de plantear a la gente es: ¿que están ofreciendo que sea nuevo? O sea, ¿cuál es el nicho que pueden llegar a tener desde sus capacidades? No necesitamos mini Ben Shapiros, mini Agustín Lajes, mini Jordan Petersons; necesitamos que las personas descubran sus virtudes, sus talentos y eso les va a dar longevidad en la batalla cultural. Mucha gente se desanima a la hora que notan que son una copia de los demás. Por eso se necesita de ese ingrediente: la peculiaridad de la singularidad, le llamo yo… Y para eso se requiere formación, sin duda.
¿Por qué crees que el postmodernismo quiere destruir la belleza y por qué es importante que la resguardemos a toda costa?
En el postmodernismo, si no existe la verdad, no puede existir lo objetivamente bello. Pero como existe lo objetivamente bello, existe la verdad. El principio, en filosofía, se entiende exactamente así. Yo le suelo poner justamente ese ejemplo a mis estudiantes: les doy la fotografía de un basurero en Nueva York y a la par pongo una obra de Miguel Ángel. Hago la pregunta: ¿cuál es más bello? 99% personas dicen por instinto que la obra de Miguel Ángel. Ese 1% puede deberse a dos cosas: está adormecido por tanta basura postmoderna, como lo que llaman “arte hoy en día; o bien, tiene problemas de discernimiento. Lo bello nos atrae, nos cautiva, nos llama el alma.
Por eso poner a hombres a competir en certámenes de mujeres, dándoles los premios, es absurdo. Si hay mujeres bellísimas, sin p*ne, a la par, no hay sentido. Pero en nombre de la ideología se está haciendo esto, se está tratando de buscar el mundo de Stranger Things, el mundo al revés… Todo por darle la guerra y la lucha al cristianismo, no a los valores cristianos solamente, ojo: AL CRISTIANISMO y la Verdad Única que encierra Cristo.
Es importante, entonces, rescatar la belleza porque nos va a mantener mentalmente higiénicos, limpios. Nos va a mantener vivos y con una vida acomodada al Corazón de Dios.
¿Cómo podemos acercar a los jóvenes a la filosofía y qué tan importante sientes esto a la hora de ejercer tu trabajo? ¿Cómo se relaciona con la política hispanoamericana?
Uff, los jóvenes a la filosofía. Yo hice hace poco una transmisión sobre eso. ¿Cómo vengo yo y le ofrezco al estudiante moderno que indague en los escritos de Aristóteles, de Platón, de Avicena, de Bertrand Russell y muchos otros escritores buenos si tienen frente miles de elementos de distracción con el iPad, Prime, Netflix, etc. Bueno, la mejor forma que he encontrado es poniéndoles una piedra en el zapato, incomodándolos. Y hablo de esto desde la experiencia. Una persona me incomodó y me dijo “Luis, dime sin usar tu Biblia, por qué Cristo y no Alá?”. Eso corresponde a la apologética, la defensa de la fe. Yo no supe qué contestar sin ir a la Biblia y me di cuenta de que había muchas fuentes, que me faltaba demasiado.
Alguien logró ponerme un estorbo en la existencia, en mi mundo y eso me descalabró completamente, porque me rompió el piso, la estructura fundamental. Rompió el piso de la fundación de mi pensamiento. Me tocó a Dios y eso lleva mi identidad, lo que debo hacer y ser en este mundo. La filosofía me llevó a indagar por qué los valores, por qué la virtud y no el vicio; por qué X y no Y.
Esto se relaciona con la política hispanoamericana porque básicamente, todas las ideas que se dan, vienen por parte de filósofos postmodernos, ya sea Foucault, Derridá, Adorno y las feministas, Bevoir, Millet, etc. Para poder entender los discursos políticos, identificar las falacias lógicas y poder hacer un seguimiento honesto de dónde vienen estas ideas para poder entender y a partir de eso atacar.
Has sido crítico de Donald Trump. ¿Cuales son los no negociables de un cristiano a la hora de votar?
He sido muy crítico de Donald Trump porque logré despertar del sueño de que el político nos brinda todas las soluciones del mundo. Cuando comencé a estudiar Ciencias Políticas aquí en Estados Unidos y comencé a hacer un indague justo de la izquierda, la derecha, los políticos. Empiezas a quitarte un velo de los ojos. Empiezas a ver más: ves a los lobistas, logras ver y analizar el discurso de otro lado, te das cuenta que el populismo que hacen ciertos candidatos, que algunos hasta son considerados los “mesías políticos” están invertidos y solo están diciendo lo necesario para atraer votantes. Trump fue demócrata, luego republicano, hizo tremendo gobierno – que yo se lo celebro, se lo aplaudo – pero terminó pésimo el gobierno. Avaló a Fauci, luego mintió. Vendió la retórica de que se habían robado las elecciones cuando no logró demostrar evidencias.
Si me preguntaran si soy demócrata o republicano como votante en Estados Unidos, obviamente te diría que me alineo a lo republicano, pero hay una cosa entre ser [digamos] de “derechas” y otra no criticar a la “derecha”. Trump no solo cambia su discurso, sino que ha dado vuelta en algunas cosas. Ejemplo, el aborto. Y si yo soy cristiano, ¿a qué me debo? ¿A un movimiento político o me debo a la causa del Evangelio? Desde el momento en que yo digo que me debo a la causa del evangelio, significa que me preocupo por el alma, el bienestar del individuo. Porque bueno, yo no puedo venir y decir – aunque hay cristianos que lo hacen – “a mí me importa el alma de la persona y no el cuerpo”. Yo me preocupo como cristiano, en la congruencia: todos los seres humanos somos creados a imagen y semejanza de Dios, lo cual significa que el no nacido tiene dignidad ontológica, que no está sujeta a las tres causales que Trump acaba de señalar para estar a favor del aborto.
Eso me choca, eso es un no negociable. El cristiano que pueda llegar a negociar con ese principio está prácticamente destruyendo el cimiento del valor humano, Nosotros somos portadores de la Palabra en la tierra.
Finalmente, hablemos de “Más allá de la tinta”. Cuéntanos un poco de este proyecto, el nombre y lo que podemos esperar de ti en los próximos meses.
Bueno, qué bonito espacio este, para hablar de “Más allá de la tinta”, es un nombre prácticamente acabo de sepultar hace unos meses para convertirlo en mi marca personal, Luis Felipe Faraj. Es un espacio, un movimiento, que se dedica a la pelea de las ideas que nos tienen carcomidos moralmente, que nos destruyen; sea por ataques a la fe, a la familia, a todo lo que sea libertad. La defensa de la Verdad, del realismo, de la causa justa. A la defensa de Cristo.
Luis Felipe Faraj tiene un canal de YouTube y está presente en todas las redes sociales. Su intención es, como ya habrán notado, ofrecer el sustento filosófico que necesitan estos tiempos, dar armas a los jóvenes para pensar desde lo incómodo y sobre todo, llevar a la audiencia a Cristo nuevamente. Menuda labor de evangelización. Alas y buen viento.