Nadie puede negar el talento, simpatía y belleza de la actriz kenianomexicana de “Black Panther”, pero… ¿No se supone que Tiana es sureña? ¿Será que Disney está estereotipando a los afroamericanos y los mete a todos en un mismo saco?
Cartas sobre la mesa. La adaptación de La Princesa Y El Sapo es una auténtica obra de arte. Adaptó maravillosamente la historia original a una realidad distinta en Nueva Orleans, Louisiana y el resultado fue creativo, no tuvo inclusión forzada y todos nos enamoramos de la actitud de Tiana y de la maravillosa banda sonora, que incluye la canción “Never Knew I Needed” de Ne-Yo, que no sabemos si será cancelado por sus declaraciones contra la hormonación y mutilación de niños.
Nyong’o está siendo considerada para darle vida a Tiana, la primera princesa afroamericana del estudio. Las primeras reacciones del público parecen ver con buenos ojos la elección de Nyong’o, aunque hay algunos que piensan que es demasiado mayor para interpretar el papel ya que tiene actualmente 40 años y el personaje tiene 19, aunque se menciona que Disney quiere “definitivamente cambiar la historia” – como todos sus live-action, que sirven para básicamente dinamitar todo lo que se ha hecho hasta el momento.
Lupita Nyong’o tiene una larga historia con Disney ya que en el pasado le dio voz a Maz Kanata en la trilogía de secuelas de Star Wars, además de a Raksha en El Libro de la Selva y a Nakia en las películas de Black Panther. La Princesa y el Sapo es la película animada número 49 de Disney, está ambientada en Nueva Orleans de la década de 1920 y fue dirigida por John Musker y Ron Clements.
Sabemos que es mucho pedir, pero ¿podrían dejar en paz a esta princesa? La película muestra valores familiares maravillosos, la importancia del amor en la familia, la experiencia de cocinar para compartir con la comunidad, los frutos del trabajo duro y la justicia; la autenticidad a la hora de amar, la incondicionalidad de la amistad sin distinción por color de la piel (Lottie es la mejor amiga que todos queremos tener), el anhelo de una madre de ver a sus hijos realizados en familia (como cuando la mamá de Tiana le pide nietos) y el daño que hace la brujería. Esto sin mencionar que Tiana se casa, al final, en la Catedral de San Luis, la Iglesia Católica de auténtico legado hispano que se encuentra en la Plaza Mayor (ahora Jackson Square) de Nueva Orleans.
Así que por favor, Disney, ¿por qué no hacer un Live-Action que valga la pena y que de hecho puede ser épico como El Planeta del Tesoro o Atlantis, el Imperio Perdido? Deja a las princesas en paz y no las hagas feministas, ya has perdido suficiente dinero intentándolo, ¿no crees?
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Foto: austin-santaniello/unsplash