Las personas “transgénero” y aquellas que experimentan disforia de género están descalificadas para servir en el ejército de Estados Unidos, según un memorando del Pentágono publicado el miércoles.
El memorando, presentado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, enfatiza que la preparación militar, la cohesión y la eficacia tienen prioridad sobre los ajustes ideológicos.
“Es política del gobierno de los Estados Unidos establecer estándares elevados de preparación, letalidad, cohesión, honestidad, humildad, uniformidad e integridad para los miembros de las fuerzas armadas”, afirma el memorando. “Esta política es incompatible con las restricciones médicas, quirúrgicas y de salud mental que se aplican a las personas con disforia de género o que tienen un diagnóstico actual o antecedentes de disforia de género o presentan síntomas compatibles con dicha disforia”.
La directiva ordena al Pentágono implementar un procedimiento dentro de 30 días para identificar a los miembros del servicio “transgénero” y darlos de baja dentro de 60 días.
Según el texto del memorando, el Departamento de Defensa (DOD) reconoce sólo dos sexos “inmutables e inmutables”, masculino y femenino. El uso de los pronombres también debe estar en consonancia con el verdadero sexo del militar.
La política permite exenciones caso por caso para personas que demuestren 36 meses de estabilidad en su sexo, no hayan intentado hacer la transición y continúen cumpliendo con los estándares de su sexo.
El memorando se hizo público como parte de una presentación judicial en un caso que impugna la reciente orden ejecutiva del presidente Donald Trump contra las personas “transgénero” que prestan servicio en el ejército. El gobierno ha defendido la medida como necesaria para mantener la eficacia operativa.
Según un informe de 2018 del instituto de investigación Palm Center , se estima que actualmente hay 15.000 personas “transgénero” en el ejército de Estados Unidos, lo que representa aproximadamente el 1% de los 1,3 millones de personas en servicio activo.
Con la nueva política, el Departamento de Defensa ya no financiará procedimientos médicos “transgénero”, incluida la cirugía de reasignación de sexo, la reconstrucción genital y la terapia hormonal cruzada.
La decisión sigue a la revocación el mes pasado de una “polémica política de la era Biden que utilizaba fondos de los contribuyentes para cubrir los costos de viaje de los empleados militares y sus familiares para buscar abortos a través de las fronteras estatales”, como informó anteriormente CatholicVote.