Con la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales, muchos inmigrantes ilegales en Estados Unidos están tomando medidas drásticas para evitar posibles deportaciones.
En Springfield, Ohio, miles de haitianos han comenzado a abandonar la ciudad rumbo a ciudades santuario como Chicago y Nueva York, e incluso hacia países como Canadá y Brasil, en lo que algunos llaman una “autodeportación” preventiva.
Desde 2021, la administración Biden-Harris trasladó aproximadamente 20,000 haitianos a Springfield, una ciudad con menos de 60,000 habitantes, otorgándoles un estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés). Este aumento poblacional ha generado un alza en los costos de vivienda, más accidentes de tránsito y gastos municipales que superan los cientos de miles de dólares anuales. Sin embargo, la llegada de Trump y su promesa de acabar con el TPS ha provocado un éxodo masivo de la comunidad haitiana, que teme las políticas migratorias que implementará el exdirector interino de ICE, Tom Homan, recientemente designado como “zar fronterizo”.
Según Andrew Arthur, experto del Centro de Estudios de Inmigración, el simple anuncio de las deportaciones masivas ha alterado la dinámica migratoria. “La amenaza de deportación ha llevado a muchos inmigrantes ilegales a tomar la decisión de irse por su cuenta, lo que facilitará la tarea de Homan para restaurar la credibilidad del sistema migratorio”, señaló. Arthur calificó este fenómeno como un “círculo virtuoso” de cumplimiento de la ley.
Mientras los haitianos buscan refugio en ciudades santuario, estas localidades enfrentan nuevas tensiones. Funcionarios locales, como el alcalde de Denver, Mike Johnston, han expresado su oposición a las políticas migratorias de Trump. Johnston llegó a sugerir que utilizaría a la policía y a 50,000 residentes para bloquear deportaciones, comparándolo con un “momento Tiananmén”. Aunque posteriormente se retractó, reiteró su disposición a resistir.
Por su parte, Homan dejó claro que los alcaldes que se opongan estarán “rompiendo la ley” y podrían enfrentar consecuencias legales. “Si no quiere ayudar, que se quite del camino. Pero nosotros haremos el trabajo. Trump tiene el mandato del pueblo estadounidense”, afirmó Homan.
La inmigración fue uno de los temas prioritarios para los votantes en estas elecciones, junto con la inflación. Según una encuesta de CBS News/YouGov, el 73% de los estadounidenses considera que la deportación de inmigrantes ilegales debería ser una prioridad para la administración Trump, y el 45% lo califica como una “alta prioridad”. Además, casi el 60% de los encuestados apoya un programa nacional para localizar y deportar a todos los inmigrantes ilegales en el país.
A medida que se acerca la toma de posesión de Trump, el panorama migratorio en Estados Unidos promete ser uno de los temas más controversiales y determinantes de su mandato. Mientras algunos inmigrantes optan por huir, otros permanecen a la espera, pero el mensaje de la nueva administración es claro: el cumplimiento de la ley será una prioridad absoluta.