Donald Trump anunció el domingo que no asistirá al primer debate republicano, pero Mike Pence tiene los argumentos en la garganta y no se los piensa guardar. Las encuestas colocan al ex presidente Trump en un 62%, seguido por DeSantis con 16%, por lo que el magnate sigue siendo el blanco de sus contrincantes.
La semana pasada, en Feria Estatal de Iowa, Pence enfatizó que está “seguro de que los votantes de las primarias republicanas sepan que no solo necesitamos un nuevo liderazgo en la Casa Blanca, sino que también necesitamos un nuevo liderazgo en el Partido Republicano”. Hay un pequeño [gran] detalle: Trump no es históricamente republicano como él o como DeSantis, pero es el indiscutible líder que podría llevarlo a la victoria.
Durante cuatro años en la Casa Blanca y en la campaña electoral, Pence fue el leal copiloto del entonces presidente. Pero todo eso terminó el 6 de enero de 2021, cuando los partidarios de Trump (aún debe confirmarse – pero, vamos) irrumpieron en el Capitolio de los Estados Unidos. El ataque interrumpió temporalmente la certificación de la victoria del presidente Biden sobre Trump.
Pence estaba en el Capitolio en el momento del ataque, supervisando la sesión conjunta del Congreso. Se vio obligado, junto con los miembros del Congreso, a huir temporalmente a un lugar seguro mientras los alborotadores, algunos cantando que el entonces vicepresidente debería ser ahorcado, irrumpieron en el edificio. Al seguir lo que consideraba sus deberes constitucionales en lugar de los deseos de Trump, Pence ha soportado la ira del expresidente y de muchos de los leales y simpatizantes más devotos de Trump.
Ahora, a raíz de las acusaciones consecutivas de Trump en relación con el ataque al Capitolio y sus supuestos esfuerzos para tratar de anular las elecciones de 2020, Pence está declarando cada vez más enfáticamente. Como se dice en el argot: “está sacando cuerpo”.
“Estoy muy orgulloso del historial de la administración Trump”, dijo Pence la semana pasada. “Pero el presidente y yo tomamos un camino diferente al final y lamentablemente, en los últimos dos años y medio, el expresidente ha seguido manteniendo que yo tenía derecho a anular la elección. No tenía derecho a anular la elección”. Si el pueblo estadounidense nos escucha, sabrá que cumplimos nuestro juramento a la Constitución. Confío en que cada día más y más estadounidenses entiendan la posición que tomamos y aprecien nuestro compromiso de mantener el juramento que hicimos para ellos y al Dios todopoderoso”.
Pence, un veterano de dos debates de elecciones generales vicepresidenciales, ha estado preparando el primer enfrentamiento participando en debates simulados. Un asesor que pidió permanecer en el anonimato enfatizó que Pence “estará muy bien preparado”.
El exvicepresidente, en comentarios el viernes en una charla de 2024 en Atlanta, Georgia, señaló el ataque al Capitolio y destacó que “mis diferencias con el presidente van mucho más allá de ese fatídico día. Y espero tener la oportunidad de debatirlas”.
Esperemos el debate republicano para ver cuál será la estrategia del ex vice presidente, porque en realidad, el debate no afecta directamente en la decisión de los votantes. Se necesita más que buenos argumentos para superar a Donald Trump.
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Foto: history-in-hd/unsplash