En un artículo del 23 de julio publicado en el sitio web Word on Fire, el obispo Robert Barron hizo la “afirmación provocativa” de que el catolicismo liberal nunca podría haber logrado el éxito del reciente Congreso Eucarístico Nacional.
El obispo Barron comenzó su carta expresando su profunda admiración por el acontecimiento, describiéndolo como una de las experiencias más significativas de sus 38 años de sacerdocio.
Señaló que, si bien ya se había dirigido a grandes multitudes anteriormente, esta reunión en particular de 50.000 personas era la más grande con diferencia y era particularmente abrumadora.
El obispo destacó que la procesión eucarística del sábado 20 de julio fue la parte más impactante del evento para él. Fue particularmente conmovedor ver al clero, seminaristas y monjas marchando por el centro de Indianápolis y recibiendo el apoyo entusiasta de miles de fieles, todos en una sincera expresión de devoción a Jesús en el Santísimo Sacramento.
Atribuyó este importante éxito del Congreso a que “se basa en lo sobrenatural”, más que sólo en elementos prácticos como la planificación o la comunicación.
El obispo Barron señaló que el profundo impacto del evento se debió a su enfoque en el misterio “desconcertante” de la Eucaristía, donde Jesús está verdaderamente presente en las formas de pan y vino. “Tiene sentido sólo desde una perspectiva sobrenatural”, escribió.
Según el obispo, este hecho es lo que le llevó a afirmar que “el catolicismo liberal nunca habría podido lograr lo que ocurrió en Indianápolis”.
Dado que la expresión es algo ambigua, el obispo Barron proporcionó su definición del liberalismo en la religión: “la tendencia a reducir lo sobrenatural a lo natural”.
El obispo Barron reflexionó sobre su experiencia pasada con el catolicismo liberal, que a menudo enmarcaba las doctrinas cristianas en términos de antropología, psicología y política. Durante sus años escolares, podría haber descrito la religión como centrada en la justicia social o la adaptación y la generosidad personales.
Admitiendo que se trata de preocupaciones valiosas, el obispo argumentó que cuando la fe se limita a esas preocupaciones seculares, corre el riesgo de convertirse en un mero reflejo pálido de los valores seculares, lo que lleva a una disminución del interés entre los fieles.
“Y es por esto que el catolicismo liberal nunca ha generado el tipo de energía y entusiasmo que vi en Indianápolis”, escribió.
El obispo Barron ilustró su punto de vista destacando el impacto significativo que tuvo la presencia en el Congreso de muchos religiosos y sacerdotes con hábitos tradicionales. Señaló que la visibilidad de estas prendas distintivas, en particular la presencia “magnética” de las monjas sonrientes con hábitos, fue sorprendente para los asistentes, incluida la generación más joven.
Reflexionando sobre sus días en el seminario, mencionó que la tendencia liberal de la época desalentaba ese tipo de vestimenta distintiva, lo que llevó a una marcada disminución de las vocaciones entre aquellos que abandonaron la vestimenta tradicional.
Para concluir, el obispo Barron abordó una posible crítica de que su énfasis en lo sobrenatural podría fomentar una dañina “otra mundanidad” y descuidar el sufrimiento de quienes nos rodean.
El obispo Barron respondió a esta posible crítica explicando una de sus fotos favoritas del Congreso, que muestra a “dos monjas jóvenes vestidas con hábito sentadas en la acera con una persona sin hogar, riendo y compartiendo comida con él”. Argumentó que, como lo ejemplifican estas hermanas, un verdadero enfoque en lo sobrenatural profundiza la dedicación de uno a mejorar y elevar el mundo natural.
“Tres entusiastas ovaciones para todos aquellos que planificaron y participaron en el Congreso Eucarístico”, concluyó el obispo Barron. “Y que Dios los bendiga por permitir que el espíritu de lo sobrenatural respire a través de los procedimientos”.