Ya es el colmo. La reciente audiencia del Comité Judicial del Senado dejó al descubierto la postura de la NCAA respecto a la participación de atletas transgénero en deportes femeninos, generando controversia y señalamientos públicos contra su presidente, Charlie Baker.
Entre las críticas principales está la sugerencia de Baker de que las atletas femeninas que se sientan incómodas compartiendo vestuarios con hombres biológicos deben buscar otras instalaciones, trasladando la responsabilidad de su seguridad a las propias deportistas.
Senador Josh Hawley: “Ningún tribunal federal ha ordenado a la NCAA que incluya a hombres biológicos en los deportes femeninos, ¿verdad?”
Intercambio por parte del Senador Hawley a Charlie Baker
Presidente de la NCAA: “Eso es más o menos lo que decidieron”.
Hawley: “No digas más o menos. Estamos hablando de la ley”.
Durante la audiencia, Baker fue confrontado por los senadores Josh Hawley y John Kennedy, quienes criticaron la política de la NCAA que permite a los atletas trans usar instalaciones según su identidad de género. En respuesta, Baker insistió en que las instituciones locales pueden hacer adaptaciones, pero evitó reconocer plenamente las ventajas físicas de los hombres biológicos en competiciones femeninas.
Cuando el senador Kennedy le preguntó si los hombres biológicos tienen ventajas sobre las mujeres biológicas, Baker inicialmente calificó el tema como “discutible”, aunque luego admitió que estas ventajas existen. Esta respuesta tardía no apaciguó las críticas de los legisladores, quienes instaron a la NCAA a tomar medidas concretas. “¿Por qué no vas a Amazon y compras una columna vertebral?”, exclamó Kennedy en un llamado a la acción.
La postura de la NCAA ha generado un rechazo contundente. La ex nadadora Riley Gaines, conocida por su lucha para proteger el deporte femenino, ha liderado demandas junto a otras atletas afectadas, acusando a la NCAA de violar sus derechos bajo el Título IX. Gaines, quien compartió vestuario con la nadadora trans Lia Thomas en 2022, describió la experiencia como traumática y denunció la falta de respeto por la privacidad y dignidad de las mujeres.
“Las mujeres no deberían tener que sacrificar su seguridad o su derecho a competir en igualdad de condiciones por políticas que favorecen ideologías radicales”, declaró Gaines en un comunicado reciente.
Baker argumentó que las decisiones judiciales han respaldado la inclusión de atletas trans, pero los críticos señalan que estas resoluciones no han exigido directamente a la NCAA implementar estas políticas. Casos recientes en nivel secundario, como el fallo en Arizona que permitió a dos atletas trans competir en deportes femeninos, han exacerbado la confusión, pero no abordan el impacto en las competencias universitarias.
Las demandas en curso contra la NCAA buscan revertir estas políticas y proteger el deporte femenino. Grupos como Concerned Women for America han condenado la postura de Baker, señalando que su líder carece del valor necesario para defender a las mujeres. “El mandato de Baker ha puesto de manifiesto un desprecio escandaloso por la seguridad y la dignidad que merecen las atletas femeninas”, afirmó Macy Petty, estratega de la organización.
Con el apoyo de líderes políticos y activistas como Riley Gaines, el debate sobre los deportes femeninos sigue intensificándose. La pregunta que surge ahora es: ¿Cuánto tiempo más estará la NCAA dispuesta a ignorar las voces de las mujeres a quienes dice representar?