El Papa León XIV ha nombrado a la directora de museo Cristiana Perrella como nueva presidente de la Pontificia Academia de Bellas Artes. Como informa LifeSiteNews: “La Academia Pontificia de Bellas Artes y Letras de los Virtuosos del Panteón fue fundada en 1542 por el Papa Pablo III con el propósito de promover, estudiar y cultivar el arte sacro y la literatura de inspiración cristiana”. Perrella, quien desde marzo de este año dirige el museo MACRO de Roma y anteriormente enseñó “gestión cultural” en la universidad San Raffaele de Milán, es conocida por haber organizado exposiciones que muchos consideran ofensivas, explícitas en lo sexual y promocionales de ideologías profamilia adversas.
En 2020, fue comisaria de la exposición titulada “Nudes”, que incluyó 90 fotografías del artista chino Ren Hang, muchas de las cuales presentaban desnudos, algunas con poses homoeróticas, y que la descripción oficial calificó de hacer referencia en ocasiones al sadomasoquismo y al fetichismo. En 2019 dirigió la exhibición “Night Fever: Designing Club Culture 1960–Today”, una muestra que alababa la cultura de discoteca, incluyendo exposiciones sexualizadas de temática pro-LGBT. En una entrevista con la revista Sleek, Perrella lamentó que los clubes nocturnos están “cada vez más amenazados” debido a cierres, y destacó su papel en el movimiento LGBT como espacios donde las personas podían “ser ellas mismas y afirmar su identidad públicamente”. En 2021 trabajó acticametne en la exhibición “Cult Fiction”, que reunía fotografías de Marialba Russo que documentaban carteles explícitamente pornográficos publicitarios de películas eróticas vistas en las calles de Aversa y Nápoles durante finales de los años setenta y principios de los ochenta. El tema central de la exposición fue la “liberación sexual”.
Perrella ha sido miembro de la Pontificia Academia de Bellas Artes desde junio de 2022, cuando fue nombrada por el Papa Francisco. Es responsable del programa del espacio expositivo “Conciliazione 5” del Dicasterio para la Cultura y la Educación de la Santa Sede, inaugurado para el Año Jubilar 2025. Tras el Jubileo, también curó una instalación de arte específica ubicada en la prisión de Rebibbia en Roma, donde el Papa Francisco abrió su propia Puerta Santa el 26 de diciembre de 2024.
El nombramiento de Cristiana Perrella al frente de la Pontificia Academia de Bellas Artes bajo el pontificado de León XIV plantea serias preguntas sobre la dirección cultural y espiritual de la Iglesia en este tiempo. Estamos hablando de una figura que no solo ha estado vinculada a exposiciones de carácter sexualmente explícito y provocador, sino que también ha promovido abiertamente una visión de la cultura en sintonía con la ideología LGBT y con una noción de “liberación sexual” que choca frontalmente con la tradición moral cristiana. La Iglesia siempre ha valorado el arte como vehículo de belleza, verdad y trascendencia, orientado a elevar el alma hacia Dios. El Renacimiento, la música sacra, la arquitectura de las grandes catedrales, todo eso nació del corazón de la fe, no de una exaltación del hedonismo ni de la cultura de club. Poner a dirigir esta academia a alguien que ha celebrado y difundido obras impregnadas de erotismo, fetichismo o propaganda ideológica contraria a la enseñanza católica, es abiertamente una renuncia a esa misión y una forma de legitimar lo que antes se habría considerado escandaloso.