El obispo de Arlington, Virginia, anunció que él y los sacerdotes de la diócesis van a estudiar el nuevo documento del Vaticano que aborda temas como el aborto, la ideología de género y la gestación subrogada, e incorporará el contenido del documento en las próximas predicaciones.
El 8 de abril, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe emitió una declaración titulada “Dignitas Infinita” o “Sobre la dignidad humana”. La declaración reafirma la enseñanza de la Iglesia Católica que condena el aborto, la eutanasia, la gestación subrogada, la cirugía de cambio de sexo, el abuso sexual y la trata de personas, entre otras cuestiones.
El obispo Michael Burbidge de Arlington emitió una declaración el 9 de abril expresando que “recibía con gratitud” la declaración, especialmente porque “ofrece una respuesta clara y oportuna a los desafíos críticos que enfrentan los hombres, las mujeres y las familias hoy en día”.
“Con compasión, cuidado pastoral y una profunda comprensión de los movimientos en nuestro mundo actual, la declaración nos recuerda claramente la dignidad inherente dada por Dios a cada persona humana y describe los desafíos que debemos abordar para garantizar que se respete esa dignidad”, Obispo escribió Burbidge.
Elogió la declaración por responder a cuestiones del mundo moderno como el aborto y la eutanasia “[proponiendo] la visión hermosa, coherente y consistente de la Iglesia”.
El obispo Burbidge es el presidente del Comité de Actividades Provida del Consejo de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Se ha pronunciado en contra de la fertilización in vitro (FIV), el aborto y la eutanasia.
En la declaración, el obispo Burbidge también instó a los católicos a “estar atentos a las graves violaciones de la dignidad humana que se perpetúan agresivamente en nuestro mundo” y a recordar que toda persona humana tiene dignidad y valor desde la concepción hasta la muerte natural.
“Mis hermanos sacerdotes y yo estudiaremos el documento y lo incorporaremos a nuestra predicación”, anunció el obispo Burbidge:
Animo a todos los fieles a que nos acompañen en esta búsqueda. La declaración nos exhorta a “trabajar con todas nuestras fuerzas para que los que han hecho el mal se arrepientan y se conviertan”.
El obispo Burbidge concluyó con una oración implorando al Espíritu Santo que “nos conceda a todos el celo por las almas” y con un llamado a todos los fieles a orar con él “para que nuestro Señor y su Santísima Madre nos guíen mientras traemos esta verdad, revestidos de el amor de Cristo, a nuestros tiempos difíciles”.