El obispo James Conley de la diócesis de Lincoln insta a los residentes de Nebraska a orar y votar en contra de una enmienda a favor del aborto que se presentará en las elecciones de noviembre. Describió la enmienda como “peligrosa y engañosa”.
El mensaje del obispo Conley, compartido en una publicación de X del 27 de septiembre, citó el inicio del Mes del Respeto a la Vida en octubre y el comienzo de la votación anticipada en Nebraska como razones particulares para su llamado a la acción contra la enmienda “Proteger el derecho al aborto“, o Iniciativa 439.
El obispo invitó a los fieles a utilizar las “poderosas armas” a su disposición: la oración y el derecho al voto. En particular, Monseñor Conley pidió participar en la Novena al Sagrado Corazón, que comienza el martes 1 de octubre.
“Por favor, únanse a mí en oración para convertir corazones y mentes para que voten en contra de la Iniciativa 439”, afirmó el obispo.
Si se aprueba, la Iniciativa 439 enmendaría la Constitución del Estado de Nebraska para incluir un “derecho” al aborto hasta la viabilidad del feto, que suele ser alrededor de las 24 semanas.
Según el obispo Conley, la Iniciativa 439 “garantizará abortos no regulados en etapas avanzadas del embarazo, obligará a los contribuyentes a financiar abortos y amenazará décadas de medidas de sentido común en materia de salud y seguridad”.
Como informó anteriormente CatholicVote, la Corte Suprema de Nebraska permitió recientemente la adición de la enmienda “Proteger a las mujeres y los niños” en la boleta electoral de noviembre de Nebraska, lo que consagraría la actual prohibición del aborto a las 12 semanas del estado en la Constitución estatal.
En noviembre, los votantes de Nebraska elegirán entre la enmienda para proteger a las mujeres y los niños y la Iniciativa 439, que desharía la prohibición actual de 12 semanas del estado.
“Los votantes de nuestro estado se enfrentan a una enmienda peligrosa y engañosa a la Constitución”, afirmó el obispo, y agregó: “Debemos unirnos para derrotarla”.
“Dios los bendiga a todos, especialmente a todas las madres y a sus bebés no nacidos”, concluyó el obispo Conley.