El obispo de San Francisco de Macorís en República Dominicana, Alfredo De la Cruz, quien participará en octubre en el Sínodo sobre la Sinodalidad en el Vaticano, dijo que en el evento se debe discutir el celibato obligatorio, el diaconado y el sacerdocio ministerial para las mujeres, entre otras cuestiones.
El prelado hizo estas declaraciones durante un evento virtual titulado “Conversación sinodal internacional de la Iglesia. ¿Cambiará algo en la Iglesia? organizado por la Academia de Líderes Católicos y celebrado el 18 de septiembre.
En el acto también participaron el cardenal Seán O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores; Luis Cabrera, arzobispo de Guayaquil, Ecuador; y la laica española Eva Fernández, coordinadora del Foro Internacional de Acción Católica.
Preguntado sobre qué podría cambiar en la doctrina católica, De la Cruz señaló: “Primero debemos distanciarnos de todo lo que significa el fundamentalismo, de creer que la doctrina no se puede tocar. Esa sería la primera tentación que tendríamos: creer que la doctrina no se puede tocar. La doctrina está ahí para reflexionar, para ver”.
Respecto a los temas que debe abordar el sínodo, “a la luz de la palabra”, De la Cruz señaló que está “sin duda, el protagonismo de las mujeres”. La Iglesia no puede dar la espalda a todo este movimiento, a este crecimiento, a estas victorias de las mujeres. Voy más específico. Por ejemplo, en el caso del diaconado, tenemos que abordar el ministerio sacerdotal”.
La Comisión para el estudio del diaconado femenino fue creada por primera vez por el Papa Francisco en agosto de 2016. En mayo de 2019, el Santo Padre indicó que no tenía miedo de estudiar más a fondo el tema, “pero hasta este momento no No funciona”. En abril de 2020, el pontífice creó una nueva comisión para revisar la cuestión.
San Juan Pablo II escribió en su carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis de 1994 que el sacerdocio ministerial está reservado sólo a los hombres y que la Iglesia no tiene poder para cambiar esto.
“Sobre la ordenación de las mujeres en la Iglesia católica, la última palabra clara la pronunció San Juan Pablo II, y esto permanece”, dijo el Papa Francisco durante la conferencia de prensa en su viaje de regreso de Suecia a Roma en noviembre de 2016.
De la Cruz también señaló en su participación en el evento online que “tendríamos que abordar el celibato obligatorio; tendremos que dirigir la Comunión a todos los que participan de la Eucaristía como fiesta del Señor y como comunidad de fe, porque decimos que la Eucaristía es el lugar de encuentro de todos los hermanos. ‘Ah, me encuentro con mi hermano, pero a un grupo no le doy nada de comer’ y los dejo con hambre”, añadió.
El Canon 277 del Código de Derecho Canónico establece: “Los clérigos están obligados a observar la continencia perfecta y perpetua por el reino de los cielos y, por tanto, están obligados al celibato, que es un don especial de Dios al que los ministros sagrados pueden adherirse más fácilmente. a Cristo con un corazón indiviso y puedan dedicarse más libremente al servicio de Dios y de la humanidad”.
Respecto a los límites de los temas que mencionó, el obispo de República Dominicana comentó que “el Papa es muy sabio al dejar a veces ese tiempo para la reflexión. Hay cosas que necesitan tiempo… Cuando decimos a menudo que la doctrina no se puede tocar, el Papa ha señalado la tentación del ‘atraso’. Más bien no van a la doctrina como tal, sino a las formas en que expresamos y vivimos la fe”.
“Y Dios nos habló concretamente a través de Jesús en un momento dado. Abordó verdades que en su época eran difíciles de abordar, pero se atrevió. Creo que tenemos que tener esa fuerza de Jesús, esa audacia, esa capacidad de atrevernos a proponer cosas que no se han propuesto”, dijo el prelado.
El obispo de San Francisco de Macorís también destacó la importancia de la doctrina en la búsqueda de la verdad y comentó que “cuando buscamos esa verdad sobre Dios no puede ser algo no dinámico; tiene que estar en movimiento”.
“Creo que el sínodo tiene grandes posibilidades”, comentó O’Malley. “Por supuesto, mucho dependerá de nosotros, los miembros de la Iglesia, si estamos dispuestos a trabajar en este tema y dejar que el Espíritu Santo nos guíe”.
Ante la preocupación de muchos fieles que creen que el sínodo va a cambiar la doctrina de la Iglesia o que va a socavar la profesión de fe, el cardenal dijo que “la idea del Santo Padre es ayudarnos a vivir esa hermoso principio que recibimos de San Agustín: unidad en lo esencial, libertad en lo accidental y caridad en todo”.
“Creo que el Santo Padre quiere que utilicemos como paradigma para la Iglesia la vida de la Iglesia primitiva, que encontramos en los Hechos de los Apóstoles. Ahí es donde vemos una Iglesia que tuvo que afrontar muchas crisis muy graves, como la traición de Judas, la diferencia entre grupos étnicos y el debate teológico sobre cómo recibir a los gentiles en la Iglesia”, continuó el cardenal.
—
Foto: karl-raymund-catabas/unsplash