Durante el 27º Desayuno Europeo de Oración en el Parlamento Europeo en Bruselas, la Comisión de las Conferencias Episcopales Católicas de la Unión Europea (COMECE) pidió el nombramiento de un Coordinador de la UE para combatir el odio anticristiano.
La conferencia del 4 de diciembre, bajo el tema “La protección de la libertad religiosa en Europa: desafíos actuales y perspectivas futuras”, reunió a líderes y defensores para discutir la protección de la libertad religiosa en Europa.
El evento fue moderado por el miembro lituano del Parlamento Europeo (MEP) Paulius Saudargas y contó con destacados oradores, entre ellos la Dra. Katharina von Schnurbein, coordinadora de la UE para la lucha contra el antisemitismo, y Anja Hoffmann, directora ejecutiva del Observatorio sobre la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa.
En nombre de los obispos católicos europeos, el asesor de Derechos Fundamentales de la COMECE, Alessandro Calcagno, instó a la UE a establecer un coordinador para combatir el odio anticristiano, reflejando los roles ya establecidos para combatir el antisemitismo y la islamofobia, según un comunicado de prensa.
“Consideramos que ha llegado el momento de dar este paso, sin poner en tela de juicio la especificidad de las comunidades judía y musulmana, que ya están cubiertas por coordinadores similares”, afirmó. “No se trata de una cuestión de victimismo, sino de igualdad de acceso a los instrumentos de protección”.
Calcagno también describió las prioridades para proteger la libertad religiosa y destacó la necesidad de protecciones integrales que se extiendan tanto a la dimensión individual como a la institucional.
“Con demasiada frecuencia se presenta la libertad religiosa como un derecho ‘problemático’ y se descuida su dimensión colectiva, en comparación con su dimensión individual”, afirmó. “La tolerancia no puede convertirse en un sustituto de la protección del derecho fundamental a la libertad religiosa”.
Calcagno destacó la necesidad de abordar los prejuicios contra los símbolos, mensajes y expresiones religiosas, y pidió una mayor integración de las protecciones de la libertad religiosa en las políticas de la UE, incluida la protección de los lugares de culto y la garantía de la protección de datos de las comunidades religiosas.
También señaló que la lucha contra la discriminación religiosa no debería enmarcarse exclusivamente como una preocupación de los grupos minoritarios, e instó a abandonar la mentalidad de “mayorías contra minorías” que suelen adoptar los responsables políticos.