La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) enfatizó la naturaleza fundamental de la libertad religiosa en una declaración publicada en respuesta a un informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que encontró violaciones que afectan a 4.9 mil millones de personas en 61 países.
El informe de ACN, publicado cada dos años en seis idiomas diferentes, monitorea el estado de la libertad religiosa en 196 países.
En conmemoración del Día Internacional de la Libertad Religiosa, los obispos A. Elias Zaidan y Kevin C. Rhoades declararon en un comunicado de prensa del 25 de octubre que “la libertad religiosa es un derecho humano básico, que incluso ha sido llamado la ‘síntesis y cumbre de todos los demás derechos fundamentales’”.
Llamaron la atención sobre los desafíos que enfrentan las personas de fe en numerosos países donde las leyes de blasfemia y apostasía restringen la elección religiosa personal e impiden que los individuos practiquen o se conviertan libremente a su fe elegida.
“Como cristianos”, escribieron los obispos, “buscamos construir el bien común fomentando la paz, la tolerancia y el respeto por la dignidad de los demás, pero las leyes de blasfemia y apostasía en muchos países esencialmente criminalizan lo que debería ser la capacidad de una persona de elegir su propia religión”.
Los obispos señalaron que el Papa Francisco ha descrito repetidamente la libertad religiosa como un “derecho básico, primario e inalienable que debe promoverse en todas partes”. En consonancia con el mensaje del Santo Padre, la USCCB ha intensificado su defensa de la libertad religiosa, especialmente a través del apoyo político a la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), que monitorea las graves violaciones en todo el mundo, incluso en China, India, Irán, Nicaragua, Nigeria, Rusia y Siria.
“Defendamos la libertad religiosa y recemos para que, globalmente, la dignidad de la persona humana sea reconocida, tolerada y respetada”, afirmaron los obispos.
CatholicVote informó sobre múltiples casos de severa persecución religiosa en los últimos meses en Pakistán, la mayoría de los cuales resultaron en la muerte de cristianos acusados de violar las leyes de blasfemia.
En Irán, un cristiano converso fue sentenciado recientemente a 15 años de prisión , acusado de “pertenencia a grupos cuyo objetivo es perturbar la seguridad nacional” y de “propaganda contra la República Islámica a través de la promoción del cristianismo sionista”.
Además, los terroristas islámicos fulani en Nigeria han secuestrado, atacado y asesinado repetidamente a decenas de cristianos, crímenes que el obispo Wilfred Chikpa Anagbe de la diócesis de Makurdi en el estado de Benue calificó como “genocidio que intenta eliminar a las comunidades indígenas, tribus indígenas, para entronizar al Islam”.