Hoy que tenemos a tantos hermanos alrededor del mundo, en China, Nigeria, Nicaragua, Irán y muchos otros países, sufriendo de persecución por no ceder a la presión del mundo y proclamar a viva voz que Cristo es Rey, es imperativo que oremos por el fin de esta caza de cristianos y que Dios los reciba como mártires en su reino eterno.
Dios nuestro, que, en tu misteriosa Providencia,
has querido asociar tu Iglesia
a los sufrimientos de tu Hijo,
concede a los fieles que sufren persecución
a causa de tu Nombre,
el don de la paciencia y de la caridad,
para que puedan dar testimonio
fiel y creíble de tus promesas.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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Foto: greg-rosenke/unsplash