Una universidad jesuita en Chile organizó una ceremonia religiosa para bendecir la bandera LGBT y promover la participación en la marcha del Orgullo, en nombre de la inclusión y el respeto. Bajo el liderazgo de un sacerdote jesuita y con apoyo institucional, el evento representa una preocupante distorsión del mensaje cristiano y una claudicación ante las ideologías que contradicen la doctrina de la Iglesia.
Por: Horacio Giusto
Fue sorpresa para muchos cuando salía publicado en diversos portales que “La Universidad Alberto Hurtado (Chile) celebró una ceremonia “religiosa” de “oración orgullosa”, durante la cual se bendijo la bandera LGBT y se animó a participar en la marcha del Orgullo Gay, en el marco de una semana de actividades dedicadas a la “comunidad de la diversidad sexual””.
Ciertamente es así, la Universidad Alberto Hurtado celebró una ceremonia que denominó “oración del orgullo”, enmarcada dentro de una Semana del Orgullo Gay. Fue organizada por su Dirección de Género, Diversidad e Igualdad. En el patio del campus, el jesuita Rodrigo García, responsable de la Pastoral de Diversidad Sexual, vistió una estola multicolor y procedió a bendecir la bandera LGBT – la cual incorporaba los colores tradicionales, además del marrón y negro (representando razas), rosa, azul claro y blanco (transgénero), más un triángulo amarillo y círculo violeta (intersexualidad). Este acto fue declarado por el sacerdote como “un momento para dar gracias a la comunidad LGBT por lo que aporta a la universidad”, afirmando que “Es un acto religioso. Es lo que dijo el papa Francisco. No he hecho nada que no se haya dicho o hecho. No es un acto subversivo ni revolucionario”, agregando que “la Iglesia es un lugar para todos, todos, todos”. De hecho, tal como se puede constatar en el video difundido[2], el jesuita se permitió modificar ligeramente la frase: “ahora decimos: todos, todas, todes”.
A su vez, la directora del departamento de género justificó que la celebración “invita al respeto, a la inclusión, a la dignidad de todos” y defendió que una universidad católica explicase “que la religión y la diversidad pueden ir de la mano”. Cabe señalar que si bien la asistencia fue escasa según el registro visual, esto forma parte de un trabajo que ya la institución había promovido en marzo en un congreso interdisciplinario sobre diversidad y género.