Finalmente despertaron. Los padres de familia han convocado a una protesta declarando la guerra a la ideología de género impuesta por el gobierno globalista de Trudeau. La Marcha del Millón de Personas por los Niños, está prevista para hoy miércoles, en más de 50 ciudades de todo el país.
El Señor obra maravillas y hace milagros: Canadá finalmente despertó. Toda la censura y persecución que ha vivido Jordan Peterson tenía que servir de algo. Los organizadores de estos eventos los presentan como una defensa de la seguridad y el bienestar de los niños, aunque las opiniones de los manifestantes abarcan un amplio espectro de posiciones. Mientras que algunos desean discreción personal en cómo se manejan los asuntos de identidad de género para sus propios hijos, otros instan a que se limiten más ampliamente las discusiones y adaptaciones relacionadas con las personas transgénero para todo el alumnado. Las perspectivas reflejan la comunidad diversa que respalda el movimiento.
Como era natural, los sindicatos de profesores ideologizados y otros activistas pro gobierno, han puesto el grito en el cielo. Sin ir muy lejos, ya empezaron a decir que todos los padres que saldrán a marchar son fascistas. Como dijo Julia Malott en el National Post de Canadá: “No, los padres no son ‘fascistas’ por ser escépticos ante la política de género. La cuestión central que nos ocupa es preservar su inocencia y que haya autonomía sobre el contenido ideológico en la educación de nuestros hijos”. Por supuesto, esa declaración es considerada “discurso de odio” para las ONGs y grupos de extrema izquierda que lucran de esta nefasta agenda, como la Red Anti-Odio Canadiense que dijo recientemente en un tuit que “estas protestas son apoyadas por un grupo grande de extrema derecha y grupos conspiranóicos, incluidos nacionalistas cristianos, musulmanes conservadores [no sé si hay otro tipo de musulmanes], conspiradores antivacunas, activistas libertarios y más”. Claramente están temblando.
A medida que las voces de los padres se hacen más fuertes, existe la percepción en la izquierda progresista de que todos estos movimientos emergentes tienen sus raíces e inspiración la “extrema derecha”. Muchos en los círculos izquierdistas sugieren que la defensa de los derechos de los padres es una mentira: un intento velado de promover políticas anti-transgénero. Un vídeo recientemente filtrado de una reunión de la Federación Laboral de Ontario ofrece una idea de cómo algunos de los miembros sindicales más influyentes de la provincia perciben estas protestas. Como afirmó notablemente un miembro durante la reunión: “Los fascistas se están organizando en las calles…. Esto es mucho más que una protesta transfóbica de extrema derecha. Son fundamentalmente racistas, fundamentalmente antisindicales, fundamentalmente transfóbicos, y es sólo cuestión de tiempo antes de que vengan por nosotros”.
A esto, Kamel El-Cheikh, el organizador de la parte de la protesta en Ottawa que se llama manifestación Ottawa Hands off Our Kids. “La batalla acaba de comenzar”, dijo en un vídeo de YouTube. “Si se atreven a contraprotestar, tomaremos nota y nos aseguraremos de que cada festival del orgullo, cada evento del orgullo sea recibido con una contraprotesta. Te respetamos. Respetamos sus diferencias. Les pido que nos celebren así como nos fuerzan a celebrarlos. Va a ser una protesta pacífica, con niños y familias. Y habrá cristianos, musulmanes, judíos, budistas, lo que digan. Va a ser pacífica a pesar de que los padres estamos molestos y ya han colmado nuestra paciencia“.
Este movimiento fue organizado originalmente por padres musulmanes, en reacción a un adolescente musulmán en Edmonton que fue reprendido por un maestro en clase por no asistir a un evento de orgullo y más tarde en reacción al primer ministro Justin Trudeau tratando de explicar a los padres musulmanes cómo funciona la democracia canadiense. Sin embargo, los organizadores de las protestas del miércoles esperan atraer a participantes de todos los sectores sociales.
No obstante, la policía se está preparando para que este evento sea tan desafiante como lo fue el Freedom Convoy en febrero de 2022. Las fuentes dicen que la policía de Ottawa trajo agentes en horas extras y llamó a los que estaban de vacaciones anuales para brindar seguridad. Los usuarios de X han publicado esto a manera de motivación, porque ya se ha dicho en reiteradas ocasiones, que las protestas serán pacíficas.
Es un grave error ridiculizar al colectivo de padres que lucha contra el status quo como simpatizantes fascistas motivados por el odio a las personas transgénero. Una mirada más allá de esa retórica alarmista revela que, si bien siempre ha existido un grupo marginal de odio, las preocupaciones que muchos padres defienden son mucho más moderadas de lo que sugiere el apodo de “extrema derecha”.
Los padres quieren transparencia sobre lo que se les enseña, la opción de excusar a sus hijos de contenido que creen que no se alinea con sus valores y la discreción para determinar si las actividades son apropiadas para su edad, como cierto material de lectura o eventos como actuaciones de drag queens en escuelas. Quizás lo menos sorprendente sea que los padres quieran participar en las decisiones clave, como que su propio hijo quiera cambiarse de “género”.
Muchos padres, incluso entre aquellos que protestarán, tienen poco deseo de limitar las decisiones de otras familias con respecto a las enseñanzas y la expresión de género para sus hijos. Se dan cuenta de que su objetivo de garantizar su propia autonomía parental está entrelazado con el de salvaguardar esas mismas libertades también para otras familias.
Aquí empieza una batalla de largo aliento. Resistan, padres canadienses. Estamos orando por ustedes.
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Foto: toni-reed/unsplash