El Papa Francisco ha nombrado al cardenal Kevin Farrell como administrador único del fondo de pensiones del Vaticano para abordar una crisis financiera que amenaza la sostenibilidad del fondo.
En una carta fechada el 21 de noviembre a cardenales y funcionarios de la curia, el Papa describió un “grave desequilibrio potencial” en el fondo de pensiones del Vaticano y subrayó la necesidad de “medidas estructurales urgentes”.
“Lamentablemente, el dato que surge ahora al final de los últimos análisis en profundidad realizados por expertos independientes indica un grave desequilibrio prospectivo del fondo, cuya dimensión tiende a ampliarse con el tiempo en ausencia de intervenciones”, escribió el Papa Francisco.
Sin reformas inmediatas, “el sistema actual no es capaz de garantizar a mediano plazo el cumplimiento de la obligación pensional de las generaciones futuras”, escribió.
Según Vatican News, el fondo de pensiones del Vaticano apoya a los empleados jubilados de la Curia Romana y del Estado de la Ciudad del Vaticano. Para abordar sus déficits, dijo el Papa, se requerirán decisiones difíciles que deben tomarse con “sensibilidad, generosidad y voluntad de sacrificio por parte de todos”.
El cardenal Farrell, de 77 años, ha desempeñado varios papeles importantes en la gobernanza del Vaticano. Supervisa las inversiones del Vaticano como presidente del Comité Pontificio para las Inversiones y se le ha encomendado la tarea de garantizar la conformidad con la enseñanza social católica en medio de los escándalos financieros en curso. La controversia más notable tuvo que ver con la compra de una propiedad en Londres que generó pérdidas y que dio lugar a un juicio penal.
Sin embargo, el mandato del cardenal Farrell se ha visto empañado por controversias. En 2018, afirmó no tener conocimiento de la conducta abusiva del ex cardenal Theodore McCarrick, a pesar de vivir en el mismo edificio y servir bajo su liderazgo en Washington, DC.
En una entrevista en video con Catholic News Service , que fue muy criticada, el cardenal Farrell declaró: “Yo era un sacerdote de Washington, DC, trabajé en la cancillería… Y nunca. Ninguna indicación. Ninguna en absoluto”.
El cardenal Farrell también respaldó el libro pro-LGBT del padre James Martin, Building a Bridge, que discrepa de la enseñanza católica sobre la homosexualidad.
La crisis financiera del fondo de pensiones del Vaticano se produce en medio de desafíos más amplios en la gestión económica de la Santa Sede. En una carta anterior al Colegio de Cardenales, el Papa enfatizó la importancia de lograr un “déficit cero” e instó a realizar reformas para garantizar “la justicia y la equidad entre las generaciones”. La sostenibilidad del fondo de pensiones, escribió el Papa, es fundamental para garantizar los beneficios de los empleados actuales y futuros del Vaticano.