Los delegados al Sínodo sobre la sinodalidad recibieron una copia de Santo, no mundano: la gracia de Dios nos salva de la corrupción interior, un nuevo libro breve del Papa Francisco sobre la “mundanidad espiritual”. El libro es una recopilación de dos cartas del Papa.
El primero, escrito en 1991 por el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, explora la relación entre pecado y corrupción. La segunda se llama Carta a los Sacerdotes de Roma, escrita en agosto de este año.
“La batalla que libramos como seguidores de Jesús es, ante todo, una batalla contra la mundanalidad espiritual, que es una forma de paganismo disfrazado de eclesiástico”, escribió el Papa Francisco en la introducción, firmada “Ciudad del Vaticano, 30 de septiembre de 2023, Francisco”.
Francisco explicó que a las dos cartas “están unidas por la preocupación, que siento como un fuerte llamado de Dios a toda la Iglesia, a permanecer vigilantes y luchar con la fuerza de la oración contra toda concesión a la mundanidad espiritual”.
La batalla se llama “santidad”, continuó Francisco. “La santidad no es un estado de bienaventuranza al que se ha llegado de una vez por todas. Es más bien el deseo incesante e incansable de permanecer unidos a la cruz de Jesús, dejándonos moldear por la lógica que nace del don de sí y de la resistencia al enemigo que nos halaga convenciéndonos de que somos autosuficientes”.
“Santidad es, por tanto, permanecer abiertos al ‘más’ que Dios nos pide y que se manifiesta en nuestra adhesión a la vida cotidiana”, escribió.
Francisco concluyó en la introducción:
Ofrezco estos textos al lector como una oportunidad para reflexionar sobre su vida y sobre la vida de la Iglesia, con la convicción de que Dios nos pide estar abiertos a su novedad, nos pide estar inquietos y nunca satisfechos, buscando y nunca atrapados en una cómoda opacidad, no defendidos entre los muros de falsas certezas, sino caminando por el camino de la santidad.
La primera carta se titula Corrupción y pecado , acompañada de la cita: “Debemos arrodillarnos sólo ante Dios o ante un niño”.
En el prefacio, añadido en 2005, el entonces cardenal Bergoglio escribió: “A menudo observo que la gente habla de corrupción y pecado como si fueran idénticos, lo cual no es realmente cierto. Una situación de pecado y un estado de corrupción son dos cosas diferentes, aunque estrechamente interrelacionadas”, donde luego señaló que “un estado habitual de complicidad cotidiana con el pecado puede llevarnos a la corrupción”.
Concluyó animando al lector a no tener miedo de la esperanza, el antídoto contra la mundanalidad espiritual.
El Papa Francisco entregó la segunda carta, titulada Evitar el formalismo hipócrita: Carta a los sacerdotes de la diócesis de Roma , en agosto de 2023 en el Memorial de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor.
En la carta, el Papa Francisco explicó que la mundanidad espiritual ocurre “cuando nos dejamos fascinar por las seducciones de lo efímero, por la mediocridad y la costumbre, por las tentaciones del poder y la influencia social. Y, de nuevo, por la vanagloria y el narcisismo, por la intransigencia doctrinal y el esteticismo litúrgico…”
Instó a los sacerdotes a “permanecer vigilantes contra el clericalismo” y escribió que el antídoto diario contra la mundanalidad y el clericalismo es mirar a Jesús crucificado, donde
aprendemos que estamos llamados a ofrecernos, a hacernos pan partido para los hambrientos, a compartir el camino con los cansados y oprimidos. Éste es el espíritu sacerdotal: hacernos servidores del Pueblo de Dios y no amos, lavar los pies de nuestros hermanos y no pisotearlos.
En la conclusión de la carta, dijo,
Avancemos con entusiasmo y valentía: trabajemos juntos, entre sacerdotes y con nuestros hermanos y hermanas laicos, iniciando formas y caminos sinodales, que nos ayuden a despojarnos de nuestras certezas mundanas y “clericales” para buscar humildemente caminos pastorales inspirados por el Espíritu, para que el consuelo del Señor llegue verdaderamente a todos.
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Foto: ashwin-vaswani/unsplash