Durante una audiencia el 15 de mayo, el Papa León XIV dirigió un emotivo discurso a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, elogiando su larga dedicación a la educación y exhortándolos a continuar su misión con fe y celo renovados.
En sus comentarios, el Papa León destacó el legado perdurable de los Hermanos, afirmando: “Ustedes son herederos de una gran tradición de educación arraigada en el Evangelio, una tradición que ha transformado innumerables vidas en todo el mundo”.
Destacó la importancia de su labor, recordándoles: “Sigan siendo testigos de esperanza y constructores de paz, especialmente entre los jóvenes y los más vulnerables”.
El pontífice también animó a los Hermanos a perseverar en su misión educativa, diciendo: “No tengáis miedo de innovar, de abrir nuevos caminos para el bien de los jóvenes, guiados siempre por la luz de Cristo”.
El Papa León reconoció los desafíos que enfrentan los educadores hoy, señalando: «En un mundo en rápida transformación, su presencia es un signo de la fidelidad de Dios a la humanidad. Permanezcan firmes en su compromiso de formar corazones y mentes».
Concluyó su discurso con una bendición: «Que el Señor os sostenga en vuestra vocación y María, Madre de la Iglesia, os acompañe siempre».
Los Hermanos de las Escuelas Cristianas, también conocidos como los Hermanos de La Salle, son una congregación religiosa laica católica fundada en Francia en 1680 por San Juan Bautista de La Salle, patrón de los maestros.
La orden se dedica exclusivamente al ministerio de educación, en particular a la juventud y a las personas de bajos recursos. Actualmente, junto con sus colaboradores, dirige más de 1000 instituciones educativas en más de 80 países, atendiendo a más de un millón de estudiantes en todo el mundo.
Los primeros miembros de la orden llegaron a Norteamérica a principios del siglo XIX y establecieron la primera escuela lasaliana permanente en Montreal, Canadá, en 1837. En 1842, John McMullin se convirtió en el primer Hermano estadounidense. Fundó Calvert Hall en Baltimore, Maryland, en 1845, que se convirtió en la primera escuela lasaliana permanente de Estados Unidos y continúa siendo administrada por los Hermanos hoy en día como Calvert Hall College High School.
La orden está organizada en cinco provincias de América del Norte, una en Canadá y cuatro en los Estados Unidos.
Su misión se centra en proporcionar una educación humana y cristiana, fomentar las relaciones personales y promover la excelencia académica, especialmente entre los desfavorecidos.