El presidente polaco, Andrej Duda, aprobó la semana pasada un proyecto de ley que restablece la financiación estatal para el tratamiento de fertilización in vitro (FIV), a pesar de los llamamientos de la Iglesia católica.
La medida para restablecer la financiación pública para la FIV, que había estado cortada durante los últimos ocho años, se produce a raíz de un cambio partidista liberal iniciado por el gobierno recién elegido de Polonia.
La nueva mayoría parlamentaria, que derrocó al partido de derecha polaco Ley y Justicia (PiS), es una coalición de grupos centristas, de centro derecha e izquierdistas encabezada por el primer ministro Donald Tusk.
La oficina de Duda citó la rápida caída de la tasa de natalidad del país, que cayó en un 11%, en su declaración anunciando la decisión de firmar el proyecto de ley.
Antes de la decisión de aprobar la ley, el presidente de la Conferencia Episcopal Polaca (KEP), el arzobispo Stanisław Gądecki, apeló a Duda en una carta, escribiendo: “Le pido amablemente que se niegue a firmar la ley del 29 de noviembre de 2023, que modifica las leyes. sobre los servicios de salud financiados con fondos públicos”, apeló a Duda en una carta la semana pasada.
Él continuó:
La vida humana es un valor fundamental y un bien indispensable. Por tanto, exige protección absoluta, independientemente del período y la calidad de la vida humana. El método in vitro, por su parte, es una experimentación con el hombre, cuya peculiar “producción” constituye “una forma de apropiación de la vida humana”.
La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) explica, la Iglesia enseña que la FIV es inmoral en la medida en que disminuye el “acto conyugal ” a un “proceso de fabricación”:
Los seres humanos somos imagen y semejanza de Dios. Deben ser reverenciados como sagrados. Nunca deben utilizarse como medio para alcanzar un fin, ni siquiera para satisfacer los deseos más profundos de una pareja infértil. Los maridos y las esposas “hacen el amor”, no “hacen bebés”.
Sin embargo, Duda ignoró la solicitud del obispo a pesar de ser católico practicante y de sus vínculos con el anterior gobierno conservador que había bloqueado la financiación de la FIV durante todo su establecimiento.