El 5 de octubre, los participantes en el Sínodo sobre la Sinodalidad pusieron a prueba su nuevo método de discusión y diálogo, conocido como “Conversación en el Espíritu”.
Como informó CatholicVote , la “conversación en el Espíritu” es un proceso de discernimiento de ocho pasos utilizado por los participantes del sínodo para determinar hacia dónde está guiando el Espíritu Santo a la Iglesia.
La víspera, el cardenal Jean-Claude Hollerich SJ, después de su presentación como relator general del sínodo , explicó cómo funcionaría la nueva metodología.
El módulo A, que finaliza el sábado 7 de octubre, se centra en la primera sección del Instrumentum laboris, el documento de trabajo del sínodo .
“Este módulo”, explicó Hollerich, “está diseñado para permitirnos ‘calentar motores’, vivir y experimentar la metodología que también usaremos en los siguientes módulos. Sobre todo, esperamos que nos ayude a aprender cómo hacer fructífera la alternancia entre Circuli Minores (mesas redondas) y Congregaciones Generales”.
Dijo que la sesión inicial de grupos pequeños del jueves “debe ayudarnos a tomar contacto con la sinodalidad como una visión integral, o mejor dicho, como dice el título del módulo, con la Iglesia sinodal como una experiencia integral”.
El cardenal dijo sobre este primer módulo:
Este viaje juntos ha dejado huellas en cada uno de nosotros: pensamientos, emociones, sentimientos, intuiciones, dudas, miedos, entusiasmo… Para emprender el trabajo del primer módulo, cada uno de nosotros necesita reconectarse con esta herencia. La memoria con la que conectarnos es la memoria colectiva del Pueblo de Dios, no sólo la memoria personal de cada individuo.
En una conferencia de prensa el jueves por la mañana, el Dr. Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio de Comunicaciones del Vaticano, dijo que los Circuli Minores comenzaron con una sesión de “escucha mutua” en la que cada persona tuvo cuatro minutos para comunicar “lo que es más importante para él”. o ella”, seguido de un momento de silencio y oración. Luego vino una nueva ronda de “reacciones” a la primera ronda, otro momento de silencio y una ronda final de síntesis que resumió “tanto los acuerdos como los desacuerdos”.
La primera pregunta planteada a los participantes fue:
A partir del camino de las Iglesias locales a las que cada uno pertenece y de los contenidos del Instrumentum laboris, ¿qué signos distintivos de una Iglesia sinodal emergen con mayor claridad y cuáles merecen un mayor reconocimiento o deben ser especialmente resaltados o profundizados?
La metodología de la “conversación en el Espíritu” tiene como objetivo permitir que “emerjan aquellos puntos en los que sentimos que hay gran claridad, pero no pasemos por alto aquellos en los que sentimos que todavía hay trabajo por hacer, donde hay una mezcla de luz y sombra, sin temor a señalar los motivos de la incertidumbre o la duda”.
Algunos participantes en el sínodo, a quienes se les advirtió que mantuvieran una estricta confidencialidad sobre lo que se discute en las reuniones, expresaron optimismo sobre la metodología, pero otros pensaron que la “sobrerregulación” del proceso es “una forma de infantilización del proceso sinodal”.
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Foto: babak-habibi/unsplash