Contra todo pronóstico abortista, los últimos datos de los CDC muestran que la mortalidad materna en EE.UU. ha disminuido tras las restricciones al aborto. Lejos de poner en riesgo a las mujeres, las leyes pro vida han salvado vidas y mejorado la atención médica, desmintiendo el discurso alarmista que usaba la salud materna como justificación para legalizar el aborto.
En los últimos meses se publicó un informe de los CDC datado en febrero de 2025; allí se muestra que la tasa de mortalidad materna en EE. UU. disminuyó de 22,3 a 18,6 muertes por cada 100.000 nacidos vivos, una disminución de casi el 17 %. El número de muertes maternas se redujo de 817 a 669 durante el mismo período.
La muerte materna se refiere al fallecimiento de una mujer mientras está embarazada o dentro de los 42 días posteriores a la terminación del embarazo, independientemente de la duración o ubicación del mismo. Esta muerte debe estar relacionada o agravada por el embarazo, parto o su manejo, pero no por causas accidentales o incidentales.
De acuerdo a líderes ProVida, tras la revocación del caso Roe contra Wade es que sale a la luz un dato fundamental; se decía que los límites al aborto pondrían a las mujeres en mayor riesgo, pero la evidencia demostró que no.
“La mortalidad materna en Estados Unidos disminuyó desde que entraron en vigor las leyes pro vida”, dijo la Dra. Ingrid Skop, vicepresidenta del Instituto Charlotte Lozier, afianzando cómo restringir el aborto es un mecanismo de protección a la mujer. “Este informe de los CDC confirma que las leyes provida realmente mejoran la atención médica de las mujeres y no aumentan la mortalidad materna” sostuvo también Christa Brown, de Heartbeat International.
Según informa LifeSiteNews, “Los principales medios de comunicación y activistas a favor del aborto habían advertido que la prohibición del aborto provocaría un aumento de las muertes relacionadas con el embarazo, especialmente entre las minorías. Sin embargo, el informe de los CDC muestra descensos estadísticamente significativos entre las mujeres blancas e hispanas. La tasa para las mujeres negras aumentó ligeramente, de 49,5 a 50,3, pero el aumento no fue estadísticamente significativo. Esta tasa sigue siendo considerablemente más alta que la de las mujeres asiáticas (10,7), blancas (14,5) e hispanas (12,4)”.
Christa Brown, de Heartbeat International, frente a estos números alzó la voz diciendo: “La realidad de las mujeres negras… debería impulsar a nuestro sistema de salud a descubrir y abordar las causas y los riesgos en esta población”.
Además, al comparar las tasas de mortalidad materna en regiones con leyes de aborto más restrictivas con aquellas con leyes de aborto menos restrictivas, informes anteriores encontraron que “las restricciones pro vida al aborto no resultaron en tasas de mortalidad materna más alta”. De hecho, después de un estudio de 10 años que examinó las tasas de mortalidad materna en diferentes estados mexicanos, los investigadores señalaron sus hallazgos sobre la legislación sobre el aborto y las tasas de mortalidad materna:
“En teoría, en los estados mexicanos con una legislación menos permisiva, la mortalidad materna debería haber sido mayor debido a que la práctica del aborto inseguro debería ser más frecuente. Paradójicamente, durante un período de 10 años, esos estados mostraron casi unívocamente cifras más bajas de RMM [tasa de mortalidad materna]”.
Debemos recordar que las tasas de mortalidad materna han sido utilizadas como una “estrategia retórica” por abortistas para promover el acceso al aborto legal. Como siempre, toda verdad sale a la luz.