Ocho distritos escolares permiten a las escuelas utilizar los pronombres que los alumnos elijan, incluso sin el consentimiento de los padres, pero no permiten administrar a los alumnos medicamentos de venta libre sin dicho consentimiento. Es decir, un maestro no puede darle un jarabe a un niño afiebrado, pero sí cambiar sus pronombres a espaldas de sus padres. Al parecer, los padres no saben lo que es bueno para sus hijos en esos casos.
El Daily Signal informó que “un nuevo informe revela que se anima a los estudiantes de los mayores distritos escolares del país a cambiar sus nombres y pronombres sin el conocimiento de sus padres, a pesar de que esas mismas escuelas exigen la aprobación de los padres para los medicamentos de venta libre”.
“El informe, publicado por el Instituto de Estudios Políticos para la Defensa de la Libertad”, agrega el Signal, “revela que “ocho de los 20 mayores distritos escolares del país permiten a los alumnos utilizar en la escuela nombres y pronombres acordes con su identidad de género sin el conocimiento ni el consentimiento de sus padres”, afirma el instituto”.
“Sin embargo, estos mismos distritos, incluidos el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles y las Escuelas Públicas de Chicago, exigen el permiso de los padres para dispensar medicamentos de venta libre a los estudiantes en la escuela”, añadió el Instituto para la Defensa de la Libertad, según señala la publicación.
La nota da cuenta de que “el estudio dice que mientras que las escuelas siguieron correctamente los deseos de los padres con respecto a los medicamentos, la misma lógica no se aplicó al uso de pronombres, derrocando “el consenso social y cultural de que los padres decidían lo que era mejor para sus hijos””.
Puede leer el artículo completo en inglés aquí.
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Foto: CDC / Unsplash