Alrededor de 3.000 católicos se reunieron en Dubai para la Quinta Convención de la Renovación Carismática Católica el fin de semana pasado, que acogió a participantes de Arabia Saudita, Omán, Bahréin, Qatar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Charis (el Servicio Internacional de Renovación Carismática Católica) fue el anfitrión del evento, junto con los obispos Paolo Martinelli del sur de Arabia y Aldo Berardi del norte de Arabia.
La conferencia contó con oradores internacionales, testimonios, sesiones de alabanza y adoración, talleres y sesiones de sanación. Algunos de los oradores incluyeron al Arzobispo Christophe Zakhia El-Kassis de los Emiratos Árabes Unidos, los Obispos Martinelli y Berardi, y varios líderes de Charis, incluidos Chevalior Cyril John, Andrés Arango y el Dr. Joseph Lukose.
El tema fue “Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16). El Cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida del Vaticano, envió una reflexión donde escribió que la santidad de Dios no es sólo “una separación total del mal” que surge de su trascendencia, pero su santidad es también relacional, porque Dios es el “Santo de Israel”.
“Dios eligió a un pueblo insignificante y lo hizo destinatario de cuidado, atención paternal y maternal”, escribió Farrell:
Esta es una invitación dirigida a cada uno a hacerse prójimo de sus hermanos y hermanas, a entrar en una relación de cercanía, de atención y de amor con los demás, especialmente con los que sufren.
En 2008, Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, fue sede de la primera conferencia de los Servicios de Renovación Carismática Católica del Golfo (GCCRS). Siguieron cuatro conferencias, celebradas en Kuwait y Omán. Estas conferencias suelen reunir a más de 2500 participantes.
En la oración del GCCRS por la conferencia, el grupo oró para que “la corriente de gracia fluya de esta reunión a través de toda la región del Golfo”.
“Haz que sea un evento de gracia, sanación, restauración y edificación de tu rebaño elegido en Charis y la Iglesia Católica”, continuó la oración:
Bendice a toda la región del Golfo, para que toda rodilla se doble y toda lengua proclame: Jesús es el Señor, inspirado por el Espíritu de Dios… Bendice a nuestros líderes para que nos guíen según tu voluntad. Empodéranos e ilumínanos a todos y haz de nuestra comunidad, de la iglesia y de la región, un instrumento de paz, compasión, armonía y amor humano fraterno.