El nuevo embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, inició su misión con una visita a la Basílica de Guadalupe y fue recibido fraternalmente por el líder provida Eduardo Verástegui, en un gesto que refleja respeto a la fe del pueblo mexicano y abre una etapa de diálogo basada en valores compartidos.
El nuevo embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, inició su misión diplomática con un gesto profundamente simbólico: una visita a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, junto a su esposa, apenas unas horas después de aterrizar en el país el 15 de mayo. Esta decisión, más que protocolar, refleja el reconocimiento a la identidad espiritual de millones de mexicanos y honra la tradición de otros diplomáticos estadounidenses que también han comenzado su servicio con este acto de respeto.
“Al llegar a México, como personas de fe, mi esposa Alina y yo visitamos a Nuestra Señora de Guadalupe para pedir sabiduría y fortaleza en esta responsabilidad, para el bien de ambas naciones”, publicó el embajador en su cuenta oficial de X (antes Twitter), acompañado de fotografías de la visita. La elección no es menor: el santuario guadalupano no solo es el corazón espiritual de México, sino uno de los sitios católicos más visitados del mundo.
Además de esta visita, el coronel retirado del ejército de Estados Unidos y exmiembro de la CIA fue recibido el viernes 17 por el canciller Juan Ramón de la Fuente, en el marco de los preparativos para la entrega formal de cartas credenciales ante la presidenta Claudia Sheinbaum, prevista para el lunes 19 de mayo.
Ese mismo viernes por la noche, el líder del Movimiento Viva México, Eduardo Verástegui, organizó una cena privada para dar la bienvenida al embajador Johnson y a su esposa. El encuentro fue compartido en redes sociales por el propio Verástegui, quien ha sido una figura relevante en la defensa de la vida, la familia y los valores tradicionales en México.
Durante el evento, Johnson agradeció el gesto con palabras cálidas: “Que Dios los bendiga a todos ustedes. Gracias a México, a mi hermano y a todos los presentes”, dijo colocando su mano en el hombro de Verástegui, en un gesto de cercanía y gratitud.
La recepción, celebrada en un ambiente familiar y respetuoso, reunió a ciudadanos y simpatizantes del movimiento que representa Verástegui, quien en 2023 se presentó como candidato independiente a la presidencia de México. Su compromiso con la fe católica y la defensa de valores universales ha sido reconocido por sectores que valoran la libertad religiosa y la dignidad humana por encima de etiquetas ideológicas.
El inicio del embajador Johnson en México ha estado marcado por señales claras de respeto a la historia, la fe y la cultura del país. En un momento político clave para ambas naciones, su llegada no solo representa una nueva etapa en las relaciones bilaterales, sino también una oportunidad para fomentar el entendimiento desde los valores compartidos.
Mientras algunos medios insisten en caricaturizar a líderes como Verástegui bajo términos despectivos y simplistas, los hechos muestran a ciudadanos comprometidos con su país, dispuestos a tender la mano a quienes llegan a México con respeto y espíritu de colaboración. La política, cuando se fundamenta en la verdad y la fe, puede ser un puente de unidad más allá de las fronteras.