En una serie de publicaciones en X (anteriormente Twitter) el martes, el sacerdote católico Padre Peter Totleben, OP, explicó la enseñanza matizada de la Iglesia Católica sobre la “deportación”.
La definición de “deportación” a la que se oponen explícitamente ciertos textos católicos “no se aplica a la deportación en el sentido coloquial en que los estadounidenses utilizan el término”, escribió el padre Totleben.
El fraile dominico escribió que cuando documentos recientes de la Iglesia utilizan la palabra latina “deportatio” – usualmente traducida al español como “deportación” – no se refieren simplemente a repatriar a los migrantes a su país de origen.
Mencionó específicamente la constitución pastoral Gaudium et spes de 1965 y la encíclica Veritatis splendor de 1993 del Papa San Juan Pablo II .
“Según el diccionario (y sus referencias al Derecho Romano), ‘deportatio’ es desplazar a personas de su tierra natal”, explicó el sacerdote. “Por lo tanto, al condenar la ‘deportatio’, el Magisterio está pensando en cosas como el desplazamiento de los judíos, o varios desplazamientos que ocurrieron en Europa inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, o cosas como la limpieza étnica”.
So, in condemning "deportatio," the Magisterium is thinking of things like the displacement of the Jews, or various displacements that occurred in Europe right after World War II, or things like ethnic cleansing.
— Fr. Peter Totleben, O.P. (@FrTotleben92742) January 21, 2025
“Esto debería ser obvio”, subrayó el dominico. “La Iglesia enseña que las personas tienen derecho a migrar tanto por razones económicas como por razones de asilo”.
Sin embargo, subrayó que la Iglesia también enseña “que el país de acogida tiene el derecho de regular la inmigración por razones económicas y culturales”, lo que “comporta obviamente un derecho a repatriar”.
“Y debería quedar bastante claro que si las autoridades fronterizas detienen a alguien en el mismo acto de cruzar ilegalmente la frontera, se les permite enviar a la persona de regreso al otro lado de la frontera, no necesariamente tienen que darle la residencia”, continuó el padre Totelben, resumiendo la definición estadounidense común del siglo XXI de “deportación”.
And it should be pretty clear that if border authorities apprehend someone in the very act of illegally crossing the border, they are allowed to send the person back across the border, they don't necessarily have to give him residency. So there is a reductio ad absurdum.
— Fr. Peter Totleben, O.P. (@FrTotleben92742) January 21, 2025
El sacerdote añadió que “debe quedar claro que ‘enviar de regreso a su país de origen a una persona que no tiene derecho legal a estar en el país actual’ y ‘exiliar a una persona de su tierra natal’ son dos especies diferentes de acción moral”.
“Además, note cómo ninguna autoridad de la Iglesia al hablar a favor de los inmigrantes ha dicho jamás que ningún inmigrante puede ser enviado de regreso a su país de origen, porque es intrínsecamente malo hacer eso”, destacó el Padre Totelben.
Also, notice how no Church authority when speaking out in favor of immigrants has ever said that no immigrant may ever be sent back to his home country, because it is intrinsically evil to do this.
— Fr. Peter Totleben, O.P. (@FrTotleben92742) January 21, 2025
“Como siempre, hay que averiguar qué querían decir con un término quienes formularon la enseñanza de la Iglesia”, escribió el sacerdote. “No se pueden aplicar las propias definiciones a la enseñanza de la Iglesia”.
Además, advirtió que no todas las políticas de deportación están justificadas por las enseñanzas de la Iglesia: “El hecho de que las deportaciones, entendidas como repatriaciones, no sean intrínsecamente inmorales no significa que un plan particular de deportaciones masivas satisfaga las exigencias de la justicia o la prudencia”.
This isn't a justification for any mass deportation scheme by the way. Just because deportations, understood as repatriations, are not intrinsically immoral does not mean that a particular plan for mass deportations meets the demands of justice or prudence.
— Fr. Peter Totleben, O.P. (@FrTotleben92742) January 21, 2025
“Para resolver esa cuestión”, escribió , “habría que sopesar una variedad de factores”, incluidos “el mal de la ruptura familiar, la potencial injusticia de cualquier procedimiento utilizado para efectuar la deportación”, así como “el efecto sobre la economía”.
“Y la ponderación de estos bienes y males son asuntos en los que los católicos pueden estar en desacuerdo de buena fe, y aún así ser buenos católicos que siguen la enseñanza social católica”, escribió.