Un sacerdote católico nigeriano se dirigió a la administración Biden el mes pasado durante su discurso en un evento internacional sobre libertad religiosa, pidiendo al gobierno de Estados Unidos que investigue a Nigeria por su persecución de cristianos.
Durante su discurso en la cuarta Cumbre Internacional Anual de Libertad Religiosa, el P. Ambrose Ekereku llamó la atención sobre la “jihad sistemática, el genocidio y la limpieza étnica” que el grupo étnico musulmán conocido como los Fulani está llevando a cabo contra los cristianos nigerianos.
La situación en Nigeria “no es nueva”, afirmó Ekereku. “Lo que está pasando no es nuevo”.
Como informamos anteriormente, la tensión histórica entre los agricultores cristianos y el grupo étnico de mayoría musulmana se ha exacerbado en los últimos años, y Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) Internacional registró al menos 119 ataques contra cristianos solo en 2023.
Los ataques yihadistas más recientes contra cristianos que viven en el estado de Plateau en Nigeria durante la Navidad dejaron más de 150 muertos.
Ekereky también respondió a las afirmaciones de que el aumento de la agresión entre los dos grupos se debe al cambio climático, diciendo: “No lo es. Lo que está ocurriendo es la yihad. No se trata de enfrentamientos entre agricultores y pastores”.
Ekereku señaló que los Fulani llegaron a Nigeria desde Senegal y Mauritania en el siglo XIX para llevar a cabo “conquistas islámicas” en la región. Aunque los esfuerzos coloniales británicos interrumpieron a los fulani entre 1900 y 1960, “los fulani afirmaron que los británicos les devolvieron Nigeria”.
“Ahora han continuado con esa yihad”, dijo el sacerdote. “Estos terroristas están secuestrando, violando, mutilando y masacrando a los nigerianos […] esto no se detendrá a menos que la comunidad internacional venga en nuestra ayuda”.
“Si dijera lo que estoy diciendo ahora desde el púlpito en Nigeria, vendrían a buscarme al momento siguiente”, continuó. “Me matarían”.
“Nigeria”, dijo Ekereku, “debería rendir cuentas porque hay personas en el gobierno y en los servicios de seguridad que son cómplices de la violencia”. Concluyó afirmando que el gobierno estadounidense y la comunidad internacional deberían “tomar medidas y detener estos asesinatos”.