Mientras sacerdotes conservadores como el obispo Joseph Strickland de Texas y el cardenal Raymond Burke están siendo degradados y/o silenciados, sacerdotes como este disfrutan de total libertad para promover su libertinaje. El autor y catedrático Horacio Giusto hace una reflexión al respecto.
Vitaliano Della Sala, párroco en Capocastello, Italia, no lejos del Vaticano, esta Navidad, quita a José de la escena de la Natividad y coloca a otra mujer junto con María: una desacralización completa de lo que está en el corazón de la Fe Cristiana.
“Quería mostrar con esta escena que las familias ya no son sólo las tradicionales”, afirmó el sacerdote italiano. Horacio Giusto, locutor de radio, autor y docente de filosofía, reflexiona sobre este hecho:
Según señala Reuters, se generó una gran polémica en Italia un pesebre navideño; un pesebre que cuenta con dos madres del Niño Jesús y no con una María y un José, como es lo que debe ser en honor a la Sagrada Familia.
El párroco de la Iglesia de los Santos Pedro y Pablo, en Capocastello di Mercogliano, una aldea en la provincia de Avellino, defendió la representación. El padre Vitaliano Della Sala dijo a Reuters que “Quería mostrar con esta escena que las familias ya no son sólo las tradicionales… En nuestras parroquias vemos cada vez más niños de los nuevos tipos de familias que existen y forman parte de nuestra sociedad, hijos de separados y divorciados, parejas homosexuales, solteros, madres jóvenes”.
De acuerdo al sitio BioBio Chile, “Vitaliano Della Sala es conocido por simpatizar con causas LGTB y la izquierda italiana. Della Sala argumentó que este pesebre va en la misma línea que tiene el Papa Francisco, quien esta semana confirmó que sacerdotes podrán bendecir a parejas del mismo sexo.”
Lo cierto es que este pesebre no cayó bien entre los católicos conservadores italianos y políticos, quienes incluso catalogaron la representación como “blasfema”. El senador Murizio Gasparri, del partido cogobernante Forza italia, dijo que “ofende a todos aquellos que siempre han tenido respeto y devoción por la Sagrada Familia”, mientras que desde el grupo Pro-Vida y Familia, calificaron el pesebre como “peligroso, además de vergonzoso y blasfemo”. Incluso, la agrupación solicitó al obispo de Avellino que intervenga, ya que, según ellos, contradice las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia y legitima la paternidad homoparental y los vientres de alquiler.
Parece ser que están dadas las condiciones para que, mientras se aplican sanciones rigurosas a obispos conservadores, con otros que traicionan el depósito de la Fe hay una misericordia que genera confusión y perplejidad en los fieles.