El sacerdote misionero Padre Ken Mazur ha compartido sus recuerdos de sus estudios junto al entonces seminarista Robert Francis Prevost —ahora Papa León XIV— en la Unión Teológica Católica (CTU) en Chicago, ofreciendo una visión personal del carácter del nuevo pontífice y lo que significa su elección para la Iglesia Católica en los Estados Unidos.
“Cuando escuché ‘Robertum Franciscum’ (durante el anuncio del nuevo papa), pensé: ‘¡Dios mío, es Bob!’”, declaró el padre Mazur a AsiaNews, recordando el momento en que se enteró de que su antiguo compañero de clase había sido elegido papa. El padre Mazur es ahora misionero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME).
Los dos sacerdotes pasaron cuatro años juntos en la CTU, preparándose para su ordenación en un ambiente que reunía a estudiantes de diversas órdenes religiosas, incluyendo franciscanos, agustinos, PIME, Misioneros del Verbo Divino y javerianos. El padre Mazur recuerda al nuevo papa, perteneciente a la Orden de San Agustín y ordenado en 1982, como una persona “muy tranquila”, “humilde” y “sensata”.
También describió al futuro papa como «amable» y «accesible», alguien con quien «se podía hablar de las clases, de las tareas. O de cualquier cosa». El padre Mazur añadió: «También era muy práctico. Veía las cosas como todo el mundo. No estaba en las nubes».
El padre Mazur también reflexionó sobre otros rasgos que el Papa León XIV probablemente traerá al pontificado.
Aunque no ha vivido en Estados Unidos en muchos años, aún conserva la mentalidad estadounidense de poder dirigir una corporación, podríamos decir. Probablemente sea un muy buen organizador, como muchos estadounidenses —reflexionó el P. Mazur—. Y eso es algo que la Iglesia también necesita.
La elección de un papa estadounidense sorprendió a muchos, incluido el propio padre Mazur. «Aquí en Estados Unidos su nombre había circulado un poco, como papable, pero no lo creí. Lo conozco, y es una buena persona, pero un papa estadounidense… imposible», admitió Mazur.
Sin embargo, ve la elección como una señal de esperanza para la Iglesia estadounidense, señalando que la experiencia misionera del Papa León XIV y su énfasis en la paz podrían “dar esperanza a la Iglesia católica en Estados Unidos”.