Una de las historias de conversión que más sacudió las redes sociales. ¿Qué llevó a este hombre al catolicismo después de 36 años de vida y defensa acérrima del cristianismo protestante? Aquí una entrevista llena de fe y confianza en la voluntad del Señor.
Santiago Alarcón, creador del canal Rincón Apologético ha tenido un camino bastante interesante en el mundo de la fe: 36 años de protestante y de pronto algunas dudas pusieron a prueba su fe y como él dice, “le cayó la ficha” de que la única respuesta posible era la Iglesia Católica. Hoy, como converso bautizado y comulgando, próximo a hacer la confirmación, hace “lío del bueno” y le recuerda a todos los católicos su misión evangelizadora.
Empezamos abordando el tema de su conversión. Anunciarlo fue casi un harakiri para con sus seguidores, que se habían acostumbrado a verlo debatir, argumentar y defender con uñas y dientes el protestantismo. La Santa Iglesia Católica lo recibió como una gran suma para la disciplina apologética, a pesar del escarnio público al que se vio sometido por anunciar un cambio tan trascendental en su vida.
Como ya se ha señalado previamente, la fe católica es actualmente la más golpeada. Santiago nos cuenta cómo le “reclamaron” irse a la Iglesia Católica y no a alguna de las facciones más “históricas” del protestantismo. Todo, absolutamente todo, parece ser más “aceptable” que ir a la fe católica. Esto nos muestra la labor del maligno en la tierra, procurando que se alejen de la verdadera vía de salvación.
Aquí mencionamos cómo, por ejemplo, algunas autoridades eclesiásticas en este momento, están rechazando sus propias maravillas, como el rito tradicional en latín, por abrazar ritos orientales y alejar a la gente de los mismísimos cimientos de la fe. Y esta crisis, dice Santiago, es una gran oportunidad para evangelizar.
Este momento donde hay más confusiones y “crisis”, es donde más vemos conversiones y el brillo de la Luz de Cristo.
Hay un problema, pero no están pudiendo ver, en medio del problema, la gran oportunidad que tienen para comunicar su catolicismo. Este es el momento en donde los católicos tienen que inflar el pecho diciendo: Muchachos, ¿necesitan la verdad? Aquí, en la Santa Iglesia Católica se encuentra. Muchachos, ¿están perdidos? Acá tenemos respuesta. Muchachos, ¿necesitan Luz? Acá está la luz, ¿se entiende? Este es el momento en donde vos te tenés que parar en las plazas, te tenés que parar las esquinas y decir: Muchachos, ¿están perdidos? Yo no tengo miedo en decir: lo mío no es una opinión, es La Verdad y esta Verdad es la que nos hará libres según un tal Jesús de Nazaret, ¿se entiende? Entonces este es el mejor momento de la historia para ser católico, porque la gente necesita -más allá de que sea consciente de esta necesidad o no- necesita la verdad y cuando solamente se tienen opiniones, empieza a haber una especie de insatisfacción, me parece, que es permitida por Dios para que conozcamos la verdad.
Recordamos el llamado a no saltar del barco en tiempos de confusión porque Cristo nunca cambia. Santiago percibe que hoy, todo está listo para cosecha de conversos, porque no es palpable esa ausencia. “No tenemos que ser siempre ‘la resistencia’, no. Ataquemos, es el momento de dar el paso hacia adelante” dice impulsando a todos a evangelizar y la profesión de la fe.
Santiago pasó 36 años en un país con mayoría católica y jamás un católico se había acercado a compartir su fe con él. Fue en una búsqueda personal en medio de la práctica de la disciplina de la apologética que descubrió la fe. “Se ha reducido la fe al plano personal y ese es el problema” señala. Explicó que los evangélicos tienen tatuada en el corazón la importancia de la misión evangelizadora y que es algo que los católicos hemos perdido muchísimo por ceder a la presión laicista del mundo. Aquí recuerda que el Papa Francisco nos llama a “hacer lío” para poder evangelizar.
“Hagamos ese lío que provoque que el catolicismo vuelva a ser el centro de la escena” dice enérgicamente llamando a todos a comprometerse con la misión y llevar La Verdad a todos los rincones de la tierra. La pasividad ha socavado el apostolado.
Alarcón ha tenido un largo y curioso camino para llegar a los brazos de la Madre Iglesia. Como Pablo, él era del grupo de protestantes que trataba a la Iglesia Católica como “la gran ramera” y creía que el “Papa es el anticristo”, pero terminó entendiendo que las respuestas que buscaba solo podían encontrarse ahí. Explica que se especializó en el tema de la Resurrección, que se le planteó el reto de ir a la raíz de los evangelios y eso lo fue convenciendo. Nos cuenta cómo en pandemia entiende el Milagro de Amor que se produce en la Eucaristía y por qué Cristo vive y está presente en el Santísimo Sacramento del altar. “La Eucaristía me llamaba a la reflexión sin yo saber nada de catolicismo”, dice refiriéndose a la Santa Cena o Cena del Señor del rito evangélico. Santiago se preguntaba por qué hacían eso, qué significado podía tener. “Agoté todas las hipótesis alternativas y ninguna fue de satisfacción para mí” explicaba.
Notó que de pronto, los católicos no solo celebraban la Eucaristía cada domingo, sino que genuinamente creen que Cristo está vivo y presente en el Santísimo Sacramento. “Esto [Eucaristía] no era simbólico. Esto era real. Era Cristo realmente”, señaló. Posteriormente, por el mismo contexto de la pandemia, entendió cuál era la necesidad de congregar. La única que le da una necesidad real a la congregación es la Santa Iglesia Católica. “Me cayó la ficha: Era la Eucaristía. Nada puede reemplazar la Eucaristía” , explica señalando que cualquier actividad de alabanza, lectura o reflexión se puede hacer donde sea, pero solo un sacerdote puede consagrar la hostia y darla para comunión, cumpliendo el sacramento.
Reflexionamos sobre la importancia de priorizar nuestras almas y la vida espiritual, antes incluso de priorizar las necesidades de este mundo. Yendo a lo que nos ataña, hablamos de los “no negociables” para un católico a la hora de elegir un líder político, ya que la fe no puede separarse de ciertos aspectos de nuestra vida, sino debe ser trasversal a esta.
“Me parece que hay muchos no negociables, pero que hay algunos que hoy por hoy, deben estar mucho más presentes, dado un contexto cultural que nos toca atravesar en occidente”, dijo explicando las contradicciones de los católicos que son capaces de votar a representantes pro muerte, que avala la ideología de género o el aborto. Luego advirtió ser cautelosos con las soluciones inmediatas, porque finalmente todos tenemos que darle cuentas al Rey de Reyes y votar por candidatos que presenten soluciones para cosas importantes pero sin un cimiento moral compatible con el nuestro, puede afectar nuestra alma.
“Los ojos puestos en Jesús, autor y consumador de nuestra fe. Cuando dejamos de poner los ojos en Jesús, dejamos de poner los ojos en lo trascendente; y cuando dejamos de poner los ojos en lo trascendente, lo momentáneo pasa a ser lo más importante en nuestras vidas y lo momentáneo, puede llegar a ser confuso” concluyó, enfatizando que esta confusión nos puede llevar al error.
Hacia el final de la entrevista, Santiago explicó la importancia de no dejarnos de llevar por los discursos confusos del secularismo que pretende pintar a la Santa Iglesia Católica como “una Iglesia del medioevo” como si genuinamente representara una fe retrógrada. No hay que tenerle miedo a la “radicalidad”
Un radical era Jesús, que dijo: “Toma tu Cruz y sígueme”. Hoy por parece que ese discurso debiera estar prohibido porque es demasiado “radical”, demasiado “fanático”. No, campeón, es tu Maestro, mi Maestro; tu Dios y mi Dios el que dijo eso y nosotros tenemos que intentar reproducirlo. No creo que sea para nada malo el ser radical.
Santiago Alarcón, Rincón Apologético
Con una sonrisa, se despidió del público llamando a todos a “seguir haciendo lío del bueno”.