En su opinión, el retraso en la aprobación de los nominados del Pentágono tendrá “efectos poderosos” en las Fuerzas Armadas en tiempos complejos y de adversarios extranjeros. Como se sabe, el senador Tommy Tuberville se opone a que se financien abortos con nuestros impuestos, como lo viene haciendo el Departamento de Defensa, por lo que exige que se derogue esa política como condición a los nombramientos. Si el tiempo apremia, secretario, ¿por qué prioriza el aborto?
The Hill informó que “el secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo el martes que habrá “efectos poderosos” en la preparación militar si el senador Tommy Tuberville (R-Ala.) continúa frenando a más de 150 nominados del Pentágono por una política de aborto en el Departamento de Defensa”.
Según la publicación, “Austin dijo al Comité de Servicios Armados del Senado (SASC) que EE.UU. se enfrenta a “uno de los tiempos más complejos” con adversarios extranjeros y la aprobación de los nominados del Pentágono es “absolutamente crítica en términos del impacto en la fuerza””.
“No aprobar las recomendaciones de ascensos crea en realidad un efecto dominó en la fuerza que nos hace estar mucho menos preparados de lo que necesitamos”, dijo el secretario de Defensa, citado por The Hill. “Los efectos son acumulativos y afectarán a las familias, afectarán a los niños que van a la escuela… es un efecto poderoso y afectará a nuestra preparación”, continúa la cita.
La publicación recuerda también que “Tuberville cumplió su promesa de retrasar los nombramientos de oficiales civiles y de bandera en el Pentágono el 8 de marzo, en protesta por una nueva política del Departamento de Defensa que concede permisos y reembolsos a los militares que necesiten viajar para abortar”.
“Tuberville, miembro del SASC, ha dicho que seguirá obstaculizando los nombramientos hasta que el Departamento de Defensa anule la nueva política”, añade el medio.
La nota también da cuenta de las declaraciones de Tuberville, a quien cita diciendo que “se trata de no obligar a los contribuyentes de este país a financiar el aborto. Ese ha sido un consenso bipartidista durante más de 40 años. El contribuyente estadounidense [está] “enganchado” para pagar los viajes y el tiempo libre para el aborto electivo”.
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