La Senadora Paola Holguín comenta para votocatolico.org en exclusiva, cómo nace su filosofía de la práctica política entregada al prójimo al punto que para ella, la política es un camino de santidad y de martirio.
Paola Holguín es periodista, especialista en seguridad y actualmente senadora por el Centro Democrático, la oposición al comunista y ex guerrillero Gustavo Petro, en Colombia. Para las elecciones de México, nos conocimos en la capacitación que nos brindó el Foro Madrid como parte de la misión observadora electoral. Posteriormente, Patria Unida, organización que dirigen Alicia Galván y Humberto López, realizaron un foro donde participó la senadora y dijo algo que me llevó a pensar en esta entrevista: “Algunos vemos la vida política como un camino de santidad”.
Buscar la santidad a través de la política, que es algo muy atípico, o sea, muy poca gente lo ve así porque ven la política como algo sumamente corrupto, ven la política como algo muy sucio, como algo que ya quizás sea tergiversado de su misión principal. ¿Puedes desarrollar un poquito esa idea?
Sí, la idea originalmente no fue mía, sino que alguna vez estaba compartiendo con quien era nuncio en Colombia, yo iba como senadora a exponerle un poco la visión que tenía de país y él me dijo ¿tú entiendes que la política es un camino de santidad y de martirio? Le dije pues no lo tenía tan claro en esas palabras, pero evidentemente para mí como católica practicante siempre ha existido un lazo entre mi actividad política y mi fe, porque siempre la iglesia establece que la forma excelsa de servicio a los demás es la política. Y de hecho cuando algunas personas entraban como en cierto conflicto, yo siempre les decía el conflicto no debe existir, primero porque Dios todo el tiempo nos está hablando de cómo Él quita y pone reyes, de cómo toda la actividad pública tiene que estar enfocada y guiada por las enseñanzas de Dios, por la Biblia. Y a mí me pasaron muchas cosas particulares a lo largo de mi vida. Por ejemplo, mi carrera inicial fue periodismo y el que era mi profesor de publicidad, yo le dije “Profe, recomiéndeme un libro de marketing político, el mejor que usted se haya leído”. Y me dijo: “la Biblia, la Biblia”. Y me dijo “sí, Jesús era un gran activista político y él nos enseñó a hacer política, armar equipo, armar células, que teníamos que enviar cartas, que teníamos que hablar a través de parábolas”. Entonces yo dije “pues tiene toda la razón, voy a aprender a hacer política leyéndome la Biblia”.
Y todo ha sido un proceso, un proceso de conocimiento, de evolución y siempre llega uno a la misma conclusión, que al final la fe es la guía para el servicio. Y ahí se acaban las contradicciones y ahí tomar decisiones es muy fácil, porque se sabe que el principio básico es la búsqueda del bien común. Esa es la obligación en la política. Esa es la obligación desde la fe y desde la práctica católica. Y además, obviamente, eso lleva a que en muchos momentos se tengan que tomar decisiones muy difíciles. Incluso cuando uno hace política en contextos de violencia, donde tiene que enfrentar grandes estructuras criminales, pues uno de los riesgos también es la propia vida, pero pero esos son sacrificios que se asumen con mucha alegría, porque uno sabe que al final ese es un camino de santidad, que es parte como el sacrificio de la tarea. Y esa visión de la política como ese camino de santidad y de martirio le hace a uno la vida muy fácil, porque no lo deja perder el camino. Esa es la verdad.
Ahora, yo sé que Colombia está viviendo un momento bastante difícil. Sobre todo por la violencia, que como que se está institucionalizando porque tienen a un guerrillero de presidente. ¿Cómo es ser oposición, digamos, desde el Senado? ¿Porque ustedes son oposición directa, no? Para un gobierno así.
Lo primero y que yo creo que ha sido lo más difícil, es que nosotros estamos en un país con una tradición democrática donde por primera vez gana una persona que tiene una concepción totalmente distinta del estado; que tiene una visión populista, socialista, muy radical, de izquierda. Y eso genera una primera dificultad y es: nunca habíamos enfrentado un modelo de este tipo y nunca habíamos enfrentado un gobierno que sintiera tanto desprecio por la regla democrática. Entonces eso genera muchos, muchos, muchos, muchos retos.
El primer reto es que para el empresario, para el político, para el ciudadano, es muy difícil entender la manera en que gobierna y en que opera el gobierno, porque ellos, a pesar de la evidencia del daño que le provocan al país, pues siguen avanzando en reformas y en políticas sumamente dañinas. Y para la ciudadanía es muy complejo entender que alguien quiera gobernar en medio del caos, que en vez de promover la construcción, promueva la destrucción, que promueva una serie de antivalores que van contra la tradición y contra lo que ha caracterizado al pueblo colombiano.
Entonces lo primero es la dificultad para entender, analizar y actuar frente a un gobierno que tiene una lógica distinta, que no le importa la división de poderes, que no le importa la constitución, que no le importa la ley, que todos los días busca pelear con alguien y que maneja la política muy desde la afinidad ideológica que a veces raya incluso en complicidad criminal. Entonces ese es un primer reto.
Un segundo reto es que normalmente este tipo de gobiernos populistas de izquierda desprecian el dato, desprecian la ciencia y la prueba y son muy antitécnicos. Entonces a la hora de los debates, de los proyectos, una enorme dificultad es uno como convence a alguien que todas las decisiones las toma a partir de su radicalismo ideológico, sin pensar en las consecuencias, sin cruzar información, sin cruzar bases de datos. Eso es muy retador. Un gobierno además sumamente corrupto, que tiene cuestionamientos por todo, por la manera en que se eligió. De hecho, hoy la Fiscalía, el Consejo Nacional Electoral y la Comisión de Acusaciones están investigando al presidente por posible financiación indebida, violación de topes de campaña, falsedad procesal y falsedad en documento público. Tenemos un problema adicional y usted lo mencionaba muy bien ahora; y es el deterioro de la seguridad, el aumento del control territorial por parte de las estructuras criminales. Y esto tiene varias explicaciones. Una primera explicación es que después de la campaña se conoció por declaraciones del hermano de Gustavo Petro, que 1 millón de votos que aparecieron en la elección se negociaron en las cárceles con parte de estas estructuras criminales, es decir, la FARC, el ELN, el clan del Golfo, la estructura de narcotráfico conocida como “La Oficina”. Estas organizaciones hicieron parte activa de la elección del presidente y cuando él llega al poder empieza a promover una política de seguridad que se llama seguridad humana y otra que se llama “paz total”. Y la “paz total” es la negociación con todas las estructuras criminales. Entonces, como tiene abiertos procesos de diálogo y de negociación, estableció lo que él denominó un cese bilateral, que no es nada distinto a que paralizó la Fuerza Pública. La Fuerza Pública hoy no puede operar contra la mayoría de estas estructuras criminales y eso ha permitido, según la Defensoría del Pueblo y según la información del propio ministerio de defensa, una expansión del control territorial por parte del crimen.
Entonces es muy complejo, pero bueno, no se derrota el que no se rinde. Finalmente uno aquí sabe que esto va a tener un costo muy alto para el país, para nosotros pero uno tiene que seguir luchando en la dirección correcta, con el reto de desenmascarar todo esto terrible que ellos vienen haciendo, por un lado, y por otro lado, entendiendo que los ciudadanos también necesitan que les demos esperanza con soluciones claras a los problemas que tienen. Entonces todo el tiempo vamos como trabajando en esa doble dirección, haciendo una oposición muy propositiva, muy constructiva, muy argumentada y tratando también de ofrecer alternativas a lo que presenta el gobierno para poder, para que el ciudadano no pierda la esperanza y no pierda como la como la fe en que vamos a salir de esto, esto va a pasar también y de aquí tiene que salir el país transformado y fortalecido.
Más bien ahora que ya tienen que construir, digamos, esta suerte de oposición. Cuéntanos un poco, ¿cuál es la filosofía política detrás del partido Centro Democrático? Porque me imagino que por ser oposición, les dicen ultraderecha, fascistas y otros.
Sí, es buenísima tu pregunta, porque yo creo que es una dificultad que tenemos casi todos los partidos que pensamos distinto a la izquierda populista y es que siempre lo fácil es etiquetar, entonces son extrema derecha, se acabó la discusión y vuelven a los partidos una caricatura frente a lo que en realidad son. Nuestro partido, como bien decías, es el Centro Democrático, está liderado por el expresidente Álvaro Uribe y es un partido además que tiene un cuerpo de doctrina muy robusto que se ha ido configurando a partir de la actividad política del expresidente Uribe en los últimos 40 años. De hecho, cuando empezamos el partido yo era la directora de doctrina.
¿Cuál es la base del Centro Democrático? La primera es nosotros creemos en un modelo de Estado comunitario. ¿Eso qué quiere decir? Nosotros no creemos en el modelo estatista que defienden algunos sectores de izquierda radical, donde el Estado tiene que meterse en todo, intervenir en todo, donde el Estado es un leviatán gigante, pero malísimo, que le mete la mano en toda la vida del ciudadano, que todo lo quiere colectivizar. Nosotros no creemos en ese modelo. Nosotros no creemos tampoco en el que dice que el Estado debe desaparecer. Nosotros creemos que en un punto medio, un Estado pequeñito, un Estado que funcione… Si fuera un partido de fútbol, las empresas, los ciudadanos son los jugadores y el Estado es simplemente un árbitro, o sea, es el que dice estas son las reglas de juego, hago respetar las reglas de juego, pero él ni juega ni mete goles, él siempre simplemente está ahí como un agente imparcial para que las reglas se cumplan. Nosotros creemos que ese es el papel del Estado, que es un Estado que si bien tiene la obligación de promover y propender por el desarrollo, pues él no es el gran jugador, es el sector privado, es la academia, son los ciudadanos los grandes jugadores, los protagonistas.
Y esta concepción de Estado nuestra tiene cinco pilares que para nosotros son fundamentales. Un primer pilar es la seguridad. Nosotros creemos que es un cuento cuando le dicen a uno que la seguridad es de derecha, ultraderecha. La seguridad es un derecho humano y un bien público sin seguridad no existen los demás derechos, porque la seguridad es la que le permite al ciudadano ir tranquilo a trabajar sin tener miedo que lo van a saltar en la esquina, que le van a robar el celular, es lo que le permite al empresario abrir su negocio sin estar esperando que lleguen a extorsionarlo, como dicen en Colombia, cobrarle una vacuna a las estructuras criminales. La seguridad es la que permite el desarrollo de la vida en sociedad. Entonces para nosotros la seguridad es un derecho humano, es un bien público que el Estado tiene la obligación de garantizar.
El segundo pilar nuestro es la confianza inversionista. Nosotros defendemos a capa y espada la libertad de mercado, la libertad de empresa, la inversión privada nacional, extranjera, grande, chiquita, porque a veces a la gente también le meten una idea que el empresario es el enemigo, que las grandes empresas multinacionales hay que arrasar con ellas. Nosotros creemos una cosa totalmente distinta y es que hay que proteger la inversión de todos, del pequeñito que abre una papelería, que abre una peluquería en su barrio, hasta la gran empresa nacional o internacional que genera empleo y que genera beneficios para la comunidad. Para nosotros la única fuente real de riqueza, de crecimiento económico son los empresarios, es la es la fuente legal y legítima, obviamente entendiendo que el empresario tiene una obligación y es que su función es legítima en la medida en que tiene responsabilidad social. ¿Y eso en qué se traduce? Que le paga lo justo a los trabajadores, que no hace trampas con los contratos y le paga lo que le tiene que pagar al Estado, que tiene cuidado en la preservación del medio ambiente, que entiende que hay que conservar produciendo y producir conservando, que sabe que solo funciona bien el mercado, pues si él como empresario tiene una relación armónica con inversionistas, trabajadores, proveedores, con la comunidad. Entonces nosotros defendemos ese modelo. Seguridad democrática, confianza inversionista.
La tercera clave para nosotros, la cohesión social. Ninguna democracia es sostenible si hay altísimos índices de pobreza y de inequidad. Ojo, no estoy diciendo igualdad, estoy diciendo equidad. Y es un concepto basado en la justicia y es: a la gente según su ser y su hacer. Según su ser y su hacer. Y en eso nosotros qué defendemos: primero el tema de educación. Tiene que haber una educación de calidad, pertinente, no para adoctrinar muchachos, no para enseñarles a pensar, para generar pasión por el conocimiento, para que se hagan las preguntas correctas. Nosotros defendemos que tenemos que garantizar unos mínimos. Es inconcebible que con los avances que tenemos hoy, todavía en nuestros países exista gente con hambre. Eso es inconcebible.
La biodiversidad, la cantidad de recursos naturales que tiene Colombia. Es el colmo que en Perú haya gente desnutrida teniendo superfoods como quinua, oca. O sea, es el colmo. Y lo que acabas de decir es una idea que no quiero dejar pasar. Cuando estuvimos en México con Patria Unida, hiciste énfasis en el importante rol de esa Fundación en la formación de líderes, pero es importante formar también ciudadanos, porque sino esos líderes jamás llegan a ser electos. Y los electores de Petro tienen que ser “pobres” porque “si dejan de ser pobres, se vuelven de derecha” – ¿Cómo harán en los siguientes… dos años?
Él termina con ayuda de Dios el 7 de agosto de 2026. Nos faltan 26 meses. Yo te decía, nosotros tenemos este cuerpo de doctrina, nosotros defendemos la cohesión social, el estado austero y descentralizado y el diálogo popular. Son cinco pilares, ¿porque te hago énfasis en estos últimos?
Primero porque yo creo que el gran problema que tenemos quienes estamos de este lado de la historia, que es el lado correcto, es uno, que nos volvimos vergonzantes de nuestras ideas. Es decir, la izquierda populista fue muy hábil y cada que nosotros controvertíamos lo que ellos decían, estás polarizando, estás polarizando. Y muchas veces optamos de manera cobarde por callar, por no dar el debate, por no dar la pelea de las ideas. Entonces lo primero que tenemos que hacer es tener coraje para defender las cosas en las que creemos y dar el debate.
El segundo tema que yo creo que es importante y urgente es necesitamos más diálogo popular, hay que hablar con la gente, hay que hablar con las comunidades, hay que hablar con los jóvenes. Esto requiere, a nosotros nos decía el presidente Uribe, la política es 80% comunicación. Y yo creo en eso, porque lo que tú contabas es una convicción profunda, uno ve que a veces hay organizaciones, un montón de gente que gasta muchos recursos formando líderes para que lleguen a los gobiernos, pero finalmente si no formamos ciudadanos, pues ellos van a seguir votando por los mismos corruptos, locos, populistas de siempre. Entonces aquí tiene que ser, finalmente el líder tiene que proyectar su ser y su hacer en sus seguidores. Es decir, gobernar es educar, liderar es educar. Nosotros necesitamos líderes que hablen con la gente, que formen la gente.
Otro tema importante es que hay unos mínimos necesarios que hay que inocular en el corazón del ciudadano. Uno siempre encuentra una dificultad y es que a veces los países empiezan en unos movimientos pendulares, es que izquierda, derecha, izquierda, derecha, izquierda, porque el ciudadano como que se hastía, como que no encuentra salida. En este momento en Colombia estamos tratando de abrir un gran diálogo nacional, porque nosotros lo que decimos es sentémonos y logremos unos acuerdos de unos mínimos que no son negociables. Por ejemplo el tema que no es negociable el respeto a la democracia y a las libertades, eso no debería ser negociable en todos los países debería ser una norma, respetar la división de poderes, respetar la constitución, respetar la ley. Otra cosa que no es negociable: la defensa de la libertad de mercado y la empresa privada. Si se ha demostrado que eso es lo único que genera riqueza, pues no deberíamos tener duda en que lo que hay que defender es, venga, defendamos la inversión, la libertad de mercado y la empresa privada que es la que genera riqueza, empresa con responsabilidad social y tal, pero eso hay que defender, defenderlo.
Debería ser inamovible la defensa de la dignidad humana. Nosotros, por ejemplo, no entendemos como gobiernos que dicen que son la potencia mundial de la vida, son promotores de labor, son cosas muy extrañas que dicen que les angustia la vida pero pero negocian con el terrorismo, con el narcotráfico y los dejan pasar y los dejan hacer y los dejan crecer, eso es una contradicción. Entonces yo creo que aquí hay unos mínimos que hay que poner en el centro de la conversación, sobre todo que hay que inocular en el corazón de la gente, porque al final los políticos pasamos pero la gente es la que queda y cuando el ciudadano se convence de unas ideas pues va a votar bien, va a votar por esas ideas, va a defender esas ideas, no lo van a cautivar con cuentos los populistas.
Y una última cosa que yo creo que es urgente es aprender a darle relato al dato. La izquierda es muy buena para no usar datos sino para crear un relato. Heidi, la niña de la pradera, unos discursos muy bonitos que todo el mundo compra así sea mentira. Nosotros en cambio tenemos el dato, tenemos verdades, pero no la hacemos atractivo el relato. Yo creo que tenemos que mejorar nuestra capacidad de comunicación, nuestra capacidad para que estas ideas, que son buenas ideas que ayudan a los países avanzar, pues se vuelvan sexys para el ciudadano, que las entienda, que las pueda interiorizar. Y en Colombia está pasando una cosa que yo creo que nos da mucha esperanza con los jóvenes, en el último año y medio, en un estudio que hace una de las universidades acá, 10 % más de los jóvenes que antes se autodefinían de derecha, hoy se autodefinen de derecha. O sea, los jóvenes están empezando a comprar unas ideas, unos relatos. Y yo digo no hay mal que por bien no venga. El tiempo de Dios es perfecto. A lo mejor aquí tenía que llegar un petro para que esos que tenían su cuentico con la izquierda se dieran cuenta cómo funciona en realidad y se les acabara la dicha. Porque yo creo que hoy están viendo que ese no es el camino, que eso no ayuda a progresar las naciones.
Entonces, al final, los tiempos de Dios son perfectos. Y yo creo que algo como de esto no nos íbamos a librar. Esto tenía que pasar. Lo importante es que como país aprendamos la lección. Yo me vine muy angustiada en México. Me vine angustiada porque siento que es un país que está normalizando la violencia. A nosotros nos hablan de unos 11 estados cooptados por el narco, un crecimiento abismal del tema de subsidios, que eso no ayuda a superar la pobreza. Eso lo único que hace es volver al ciudadano mendigo del estado.
Vienen las elecciones en Estados Unidos y muchos hispanos piensan votar por Biden. ¿Qué les dirías teniendo en cuenta su proyecto marxista, su desastre económico y la inseguridad que hay en las fronteras? Sobre todo este último punto, porque las fronteras son las que alimentan la esclavitud pornográfica, la trata de niños, la prostitución, el ingreso de drogas, etc. ¿Qué le dirías a los hispanos católicos que votan?
Ahora que hablas del tema migratorio, nosotros tenemos una crisis enorme en el Darién y yo creo que aquí hay que separar varias cosas. Nadie es anti inmigrante, los migrantes enriquecen las naciones, los migrantes traen un know how, mil cosas. Lo que defendemos todos es una migración ordenada, saber quién entra a nuestros países, hacer que eso es todo. O sea, aquí sería extraño que alguien dijera “no, es que ellos son anti inmigrantes”, cuando nosotros sabemos que, por ejemplo, EE.UU. es un país básicamente de migrantes y muchos de esos migrantes son latinos y pertenecen a nuestros países y nosotros sabemos lo que puede ayudar a enriquecer la migración.
¿Cuál es el problema? Cuando detrás de la migración hay una apuesta política para infiltrar y deteriorar las sociedades, cuando no hay una migración ordenada y no se sabe quién es quién y terminan entrando terroristas y termina entrando gente que no debería estar en el país de uno. El problema también es lo que señalabas, cuando uno va, por ejemplo, yo estuve en la zona del Darien cuando se dio la crisis migratoria en Necoclí y toda esta esta zona y encontramos que era una estructura criminal, el Clan del Golfo, el que se encargaba de toda esta ruta, con todo lo que usted decía que es correcto, ahí hay trata de personas, ahí hay secuestros, hay homicidios, hay maltrato de menores, ahí pasan mil cosas. Entonces yo creo que uno tiene que ver esto con el suficiente rigor para enterarse que: una cosa es el migrante y otra cosa es lo que puede haber detrás de estos procesos migratorios en manos de estructuras criminales y nosotros lo hemos vivido y padecido en Colombia, entonces no quería dejar pasar ese tema que yo creo que es muy delicado.
Y la otra cosa es, mire, uno a los católicos les pide coherencia, coherencia porque finalmente a uno le llama la atención que un católico pueda votar por ejemplo por quienes promueven el aborto, a uno le le impacta que un católico vote por quienes defienden pactar con estructuras criminales, por quienes acaban con la economía y por quienes no promueven la solidaridad, el orden, unos principios que están como muy al interior de nuestras sociedades, porque por quienes quieren destruir por ejemplo la familia, la familia en todas nuestras, en casi todas nuestras sociedades y nuestras constituciones se considera el núcleo de la sociedad. Entonces yo lo único que le digo a quienes son católicos es seamos coherentes, seamos coherentes porque usted puede ir mucho a mis, puede hacerse todas las nochecitas su rosario, pero eso de nada sirve cuando su actuación cotidiana va en contravía de lo que usted dice, las cosas en las que usted dice creer o las cosas que dicen defender. Y de hecho no sólo pasa con los cristianos, pasa no sólo con los católicos, pasa con los cristianos. Yo quisiera contar una anécdota y es que ayer yo estaba en un evento porque a un señor lo había nombrado gerente de una empresa muy chévere de transporte acá en la ciudad y cuando estaba allí él me dijo Doctora es que yo llevo no sé cuántos llevaba 36 años creo que me dijo, en una iglesia cristiana, pero me tocó cambiarme de iglesia porque mis pastores invitaron a votar por Petro. ¿Yo le dije cómo así? Y me dijo sí, porque eso no es coherente, porque la agenda de Petro va en contravía de unos principios que nosotros defendemos. Entonces cuando mi esposa y yo vimos que los pastores estaban promoviendo esto, pues dijimos “estamos en el lugar equivocado, tenemos que irnos de acá” y me pareció muy lindo y me llamó la atención porque yo dije en el fondo eso es coherencia, eso es coherencia, uno no puede estar en un lugar que promueve unas cosas pero invita a hacer otras. No, eso no tiene, eso no tiene razón de ser y no tiene coherencia. Entonces yo que aquí invitaría a los católicos antes de votar, recuerden que defendemos nosotros desde la iglesia el bien común, a ver esa persona por la que yo voto si lucha por el bien común. Nosotros desde la iglesia defendemos el manejo responsable y transparente de los recursos, porque es que robar atenta contra los mandamientos, entonces a ver, esta persona tiene o no tiene escándalos de corrupción, esta persona ha manejado de manera transparente los recursos.
Nosotros desde la iglesia defendemos la vida desde la concepción hasta el último minuto. ¿A ver, esta persona por la que yo voy a votar promueve el aborto, promueve la eutanasia o es una persona pro vida? O sea, hay muchas preguntas. De hecho nosotros podríamos hacer un checklist porque esos los católicos tenemos unos principios de vida que son muy claros, que son bíblicos, que están allí. Y uno debería votar con ese checklist. A ver, de hecho acá en Colombia pasa una cosa súper bonita y es que por ejemplo, las organizaciones pro vida cuando hay elecciones nos invitan a todos los políticos a ver quiénes firmamos unos compromisos con la agenda pro vida y eso también le da guía a esas organizaciones de por quienes pueden votar sus militantes, las personas que forman parte de la organización.
Yo creo que tú que tienes este canal tan importante en voto católico, pues deberíamos generar un checklist. Yo creo que valdría la pena de. A ver, si tú eres católico, hay unos principios por los que deberías preguntarte antes de votar. Dios promovía que bien común, libertad, respeto a la vida, respeto a la dignidad humana. ¿Tus candidatos apoyan eso? ¿Defienden eso? Un tema que cada vez es más delicado que es el tema de la libertad religiosa. Eso incluso en muchos países se ha perdido. Aquí se han metido a iglesias, se han tomado iglesias. Si tomaron la nunciatura hace poquito. Eso pasa, eso pasa y eso debería ser también algo para nosotros que merece total defensa, tener derecho a promulgar nuestra fe.
Biden ha sido una de las personas que ha sido, digamos, tendencia nacional en EE.UU. justamente por el hecho de haber utilizado al FBI para poder perseguir a los católicos que van a misa tradicional en latín porque dicen que son ultraderechistas, que son un peligro para la sociedad. Un católico tradicionalista, es un terrorista y más peligroso que los migrantes que van a matar gente, que los que están trayendo fentanilo a EE.UU. que los que están traficando con menores de edad. Y sí, hay que hacer una lista para que, si no existe un candidato que tiene todos los “checks”, pues que tenga una cantidad razonable para que nos permita vivir en libertad.
Ahí hay una cosa muy importante que decías y es, perdón, lamentablemente muchas veces en las opciones de candidatos no tenemos quien cumpla 100% el check list, pero quién lo cumple más? Y la otra cosa que es muy importante obras son amores y no buenas razones. Yo creo que el político debe ser juzgado por los hechos, por cómo vota, por lo que hace, porque en campaña los políticos son capaces de cualquier cosa. Y en ese y en ese sentido, yo creo que hay maneras de evaluar la vida pública de los políticos para saber más o menos en qué tónica están, para ver si se han logrado promover el desarrollo integral del hombre, el desarrollo solidario de la humanidad, si de verdad tienen un comportamiento ético, que eso es muy importante, si buscan un desarrollo humanizador. Uno tiene que preguntarse, a ver, en este en estas en estos falsos dilemas que nos plantean, donde una cosa es el interés individual y el interés colectivo, el verdadero católico que lucha por el bien común entiende que no hay ninguna oposición entre el bien particular y el bien común, entiende que son complementarios, entiende que cuando la gente puede desarrollarse plenamente orientado al bien común, pues el bien común del particular termina reflejándose en el bien del colectivo. Entonces ahí no hay ninguna, no hay como ninguna posibilidad de falla o de dilema. El bien común qué busca, busca un orden estable, busca un orden justo, busca que haya desarrollo social. Eso es eso es como muy, muy fácil.
Y de hecho yo siempre le pido, cuando dictó clase a mis alumnos, existen unas bienaventuranzas de un cardenal vietnamita, él sacó las bienaventuranzas del político. Y es súper lindo, porque en esas bienaventuranzas dice que, por ejemplo, un buen político tiene que tener consideración y conciencia del papel que cumple en la sociedad, tiene que reflejar credibilidad, tiene que trabajar por el bien común y no por su propio interés, tiene que ser fielmente coherente. Y eso debe distinguir a un buen político, debe trabajar por la unidad, debe propender porque haya cambio, debe saber escuchar, no puede tener miedo, no puede tener miedo. Y eso es y eso y yo digo, si alguien tiene esa filosofía, el político va a cumplir, va a cumplir si él sabe la responsabilidad que tiene y sabe que el bien común es el fin último de su labor, que él tiene que trabajar por el bienestar de toda la comunidad, ahí no hay pierde. Es que no tendría por qué haberlo. Y por eso qué bueno que existieran esas listas de chequeo en todas las elecciones para católicos, a ver si así empezamos a ser un poquito más coherentes, no solo los los líderes que deberíamos responder.
Y yo ahí te cuento una anécdota, yo siempre tengo rosaritos en mi mano, y una vez fui a, estaba en Chile y un congresista me dijo oiga, ¿usted por qué si está en un país laico es a toda hora pues con esos rosarios? Y yo le dije ah, no, claro que sí. Primero, porque mi país es laico, pero no es ni anticatólico, ni es un país anticristiano, es laico. Dos, porque yo no quiero engañar a mis electores, yo quiero que el que vota por mí sepa que yo soy católica, yo no le quiero mentir. Y si soy católica, tengo que tener un comportamiento en política que él conmigo sabía qué se atiene. Entonces yo creo que se trata también de eso. Así como yo decía ahora, hay que tener valor. La política exige tener valor no solo para enfrentar el crimen, ¿no? Valor para defender posturas, valor para ser coherente entre lo que uno piensa, lo que dice y sus acciones. Cómo vota uno mismo los proyectos en el Congreso. Esa es la realidad.
Y además, así como tenemos valor para defender las ideas, tenemos que tener valor para defender nuestra fe católica.
Y sabes, por ejemplo, que como ve, pues será porque uno se entusiasma mucho con las pequeñas victorias, pero viendo lo que pasó en el G7 con Giorgia Meloni, que invita al Papa y que logra que dentro del comunicado final no se diga que el aborto es un derecho, porque eso no es un derecho. Y yo creo que sí, yo creo que esas victorias de Meloni nos muestran que se puede ser valiente, que se puede ser coherente, que se pueden defender las ideas. Y yo la verdad es que yo estuve muy emocionada viendo que lo logró, que lo logró. ¿Y por qué lo logra? ¿Porque es valiente, porque es coherente, porque no negocia los principios, no?
Se nos ha acabado el tiempo. Te agradezco mucho que hayas estado este rato con nosotros. Y también en algún momento sí me gustaría profundizar en tu expertise, que viene a ser la parte de seguridad, migración, etc. porque ahorita lo que se está viviendo tanto en Colombia como en EE.UU. es de terror. Creo que sí podríamos hablar un poco más de eso y también en México. Dios te bendiga.
Un abrazo, muchas gracias.