El sheriff del condado de Bernalillo, John Allen, un demócrata, expuso los problemas inherentes a una controvertida orden que limita los derechos de la Segunda Enmienda de algunos nuevomexicanos. Le dio un golpe de realidad sobre la orden de posesión de armas ‘inconstitucional’: ‘Los criminales no siguen la ley’.
La semana pasada, la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, demócrata, suspendió unilateralmente las leyes de portación abierta y oculta durante 30 días en Albuquerque y el condado de Bernalillo bajo el pretexto de “salud pública”. Pero Allen dijo en una conferencia de prensa el lunes que no hará cumplir la orden contra la Segunda Enmienda porque se toma en serio su juramento.
“La prohibición temporal desafía los fundamentos de nuestra Constitución, pero lo más importante es que es inconstitucional. Mi juramento fue proteger la Constitución y eso es lo que haré”, prometió Allen.
Luego, el sheriff explicó el problema inherente a la orden, un problema que la propia Luján Grisham reconoció .
“Esta orden no hará nada para frenar la violencia armada más que castigar a los ciudadanos respetuosos de la ley con su derecho constitucional a la autodefensa”, dijo Allen. “Tengo un dato para ustedes: los delincuentes no siguen la ley ni una orden de salud pública.
“Nunca veremos que los delincuentes cumplan la ley”, declaró. “Una vez más: esto sólo castiga a los ciudadanos respetuosos de la ley”. Para demostrar su punto, Allen compartió una historia personal sobre su hermano, quien recientemente fue víctima de violencia armada.
“La semana pasada, mientras estoy sentado aquí como sheriff en funciones, recibí una llamada telefónica diciendo que mi hermano también fue víctima de violencia armada la semana pasada que muchos de ustedes no saben”, reveló. “Él y mi sobrino estaban sentados en su automóvil cuando les dispararon, y su vehículo fue impactado por numerosas balas. ¿Cómo puedo yo, como sheriff, decirle que guarde sus armas de fuego y no pueda protegerse?”.
Allen no rehuyó el problema de los delitos violentos en Albuquerque. Pero dijo que la orden de Luján Grisham “eclipsa” los esfuerzos existentes para combatir esos problemas.
Allen, además, reveló que Luján Grisham casi no notificó la orden a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley antes de anunciarla. Esa decisión le dejó “irritación y enfado”, admitió.
A pesar de la reacción, Luján Grisham defiende el orden. Su oficina también prometió que los manifestantes que violaran abiertamente la orden durante el fin de semana enfrentarán consecuencias.
“La orden se está cumpliendo y se recibirán citaciones por parte de la Policía Estatal”, dijo Caroline Sweeny, portavoz del gobernador. “Para garantizar la seguridad de los oficiales, no proporcionaremos detalles adicionales en este momento”.
Allen se une al fiscal de distrito del condado de Bernalillo, Sam Bregman, al alcalde de Albuquerque, Tim Keller, ambos demócratas; y al jefe de policía de Albuquerque, Harold Medina, para oponerse a la orden.