El Santo Sínodo de los Obispos Católicos en Grecia acaba de publicar su declaración en respuesta a la última iniciativa legislativa del país para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y otorgar excepciones limitadas a los derechos de los padres.
El primer ministro Kyriakos Mitsotakis anunció el miércoles pasado que los legisladores griegos pronto publicarían un proyecto de ley destinado a legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y ampliar los derechos a los niños “de parejas del mismo sexo”. El Primer Ministro destacó que el proyecto de ley “no es algo revolucionario [o] diferente de lo que se aplica en otros países europeos”.
“Lo que legislaremos es el matrimonio igualitario, lo que significa la eliminación de cualquier discriminación basada en la orientación sexual”, afirmó Mitsotakis.
Sin embargo, en un comunicado difundido por el Greek City Times, el Santo Sínodo de los Obispos Católicos de Grecia escribió que se oponían “al argumento que invoca la igualdad de derechos entre los ciudadanos”, alegando que “la pareja heterosexual y la pareja del mismo sexo son diferentes realidades”.
Los obispos continuaron:
Esta propuesta es un revés para nuestra cultura jurídica, un revés para la moral y la cultura en general. Es un punto de decadencia de la sociedad griega; toda sociedad que quiere ser llamada humana es producto de la arrogancia y el egocentrismo que no conoce límites al deseo y la voluntad individuales.
Grecia legalizó la convivencia para parejas del mismo sexo en 2015, pero la adopción y la subrogación para parejas del mismo sexo siguen siendo ilegales. Sólo las parejas heterosexuales, hombres solteros o mujeres solteras pueden adoptar niños u obtener hijos mediante gestación subrogada.
Según los informes, Mitsotakis dijo en un discurso en la televisión estatal que el nuevo proyecto de ley no comprometería la legalidad actual de la adopción o la subrogación para parejas del mismo sexo: “Las mujeres se convierten en motores de producción infantil por orden […] eso no va a suceder”.
Más bien, dijo, las leyes “beneficiarían” a los hijos preexistentes de parejas del mismo sexo a quienes se les podrían otorgar derechos parentales completos si se aprueba el proyecto de ley.
Los obispos se opusieron a la concesión del proyecto de ley, afirmando que “la propuesta del gobierno cambia la definición de matrimonio y familia”, desmantelando el concepto tradicional de madre y padre:
La propuesta legislativa que se debate niega a los niños el derecho a vivir con un padre y una madre y niega el modelo de padre y madre, la alteridad que constituye la psique humana. Niega a los niños el conocimiento de su origen e identidad. Introduce una nueva mentalidad y mentalidad en la educación y en las escuelas de nuestro país.
Los obispos señalaron que “la solución de las cuestiones pendientes” que involucran a niños confiados a la responsabilidad de parejas del mismo sexo por cualquier motivo, “podría resolverse mediante legislación sin adoptar el matrimonio para parejas del mismo sexo”.
“El cristiano concienzudo, el creyente católico consecuente, pero también el ciudadano de buena voluntad”, no puede tolerar ni aceptar “las disposiciones socialmente perjudiciales” de la iniciativa legislativa, concluyeron los obispos.
Los católicos son una pequeña minoría en Grecia y representan sólo el 3% de los 11 millones de habitantes del país. Alrededor del 97% de los griegos se identifican con la Iglesia ortodoxa.