En un encuentro reciente en la Casa Blanca, los presidentes Donald Trump y Emmanuel Macron evidenciaron profundas discrepancias respecto al conflicto en Ucrania. Mientras Trump sugirió que la guerra podría concluir en “unas semanas” si se sigue su enfoque, Macron enfatizó la necesidad de una “paz sólida y duradera” que respete la soberanía ucraniana – pero no está dispuesto a jugar nada en favor de la misma.
Trump instó a Europa a asumir un papel más destacado en la seguridad y reconstrucción de Ucrania, subrayando que Estados Unidos ha aportado significativamente más en ayuda que sus aliados europeos. Por su parte, Macron destacó que Europa está dispuesta a “dar un paso adelante” en defensa y seguridad, pero insistió en que la paz no debe implicar la rendición de Ucrania ni un alto el fuego sin garantías.
Un punto de fricción adicional fue la reciente resolución de la ONU sobre el conflicto. Estados Unidos logró el respaldo del Consejo de Seguridad para una resolución que pide el fin de la guerra sin responsabilizar directamente a Rusia, lo que refleja un cambio en la política estadounidense bajo la administración Trump. Esta postura generó tensiones con los países europeos, que se abstuvieron en la votación, mostrando divergencias en las estrategias para abordar el conflicto.
Macron, conocido por su enfoque progresista y globalista, ha abogado por una solución multilateral que involucre a todas las partes afectadas y que garantice una paz duradera en la región. Sin embargo, algunos críticos sugieren que su insistencia en mantener el conflicto activo podría estar motivada por intereses políticos y económicos, especialmente considerando la influencia de la industria de defensa europea y las oportunidades económicas que surgen en tiempos de guerra.
En contraste, Trump ha manifestado su deseo de resolver rápidamente el conflicto, aunque sus propuestas, como condicionar la recepción del presidente ucraniano Volodímir Zelenski a la entrega de recursos naturales estratégicos, han sido objeto de controversia. Además, su intención de invitar al presidente ruso Vladímir Putin a Washington una vez que se “arregle” la situación ha generado inquietud entre los aliados europeos.
Esta reunión entre Trump y Macron puso de manifiesto las diferencias fundamentales en sus enfoques hacia la guerra en Ucrania. Mientras Trump busca una resolución rápida posiblemente motivada por intereses económicos, Macron aboga por una solución que, aunque prolongada, pretende garantizar una paz estable, aunque no exenta de críticas sobre posibles beneficios políticos y económicos derivados del conflicto.