El tráfico sexual y los trabajos forzados de menores se han disparado bajo la administración Biden-Harris, triplicando los niveles registrados durante el mandato de Donald Trump.
Un informe reciente revela que el número de menores explotados ha crecido de manera alarmante debido a las débiles políticas migratorias que han facilitado la entrada de redes criminales dedicadas al tráfico humano. En comparación con los años de Trump, en los que se emitía un promedio de 562 Cartas de Certificación y Elegibilidad anualmente, durante el mandato de Biden este promedio ha alcanzado las 1,837 cartas al año. Estos documentos, emitidos por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), permiten a los menores víctimas de tráfico sexual acceder a ayuda federal.
En cifras concretas, en 2021 se emitieron 1,143 Cartas de Certificación y Elegibilidad; en 2022, el número se disparó a 2,226; y en 2023, se mantuvo alto con 2,148 cartas. Estas estadísticas reflejan un aumento devastador del tráfico de menores, en su mayoría niñas, quienes son forzadas a la prostitución o trabajos forzosos por bandas criminales. Entre los principales culpables de estos crímenes se encuentran conocidos grupos como el Tren de Aragua, carteles mexicanos y pandillas de El Salvador y Cuba. Estos criminales engañan a sus víctimas con promesas de empleo en Estados Unidos, solo para explotarlas brutalmente, amenazando con matarlas o dañar a sus familias si no cumplen sus demandas.
CatholicVote ha liderado una campaña para denunciar la inacción de la administración y exigir mayor protección para los más vulnerables. Esta organización, profundamente preocupada por la situación en la frontera sur, ha llamado la atención sobre la falta de recursos y apoyo a las fuerzas del orden para combatir el tráfico de menores. Según datos recopilados por la organización Shepherd’s Watch, que trabaja para prevenir la explotación sexual infantil, el uso de redes sociales como Facebook, TikTok e incluso plataformas de contenido explícito como OnlyFans ha facilitado la difusión de anuncios de prostitución infantil, exacerbando la crisis.
El impacto de esta crisis migratoria y humanitaria no puede subestimarse. Los traficantes se están aprovechando de la desesperación de millones de inmigrantes, incluidos menores, que huyen de la violencia, dictaduras y pobreza en sus países de origen. Según Lisa, directora de Shepherd’s Watch, más del 90% de los anuncios relacionados con tráfico sexual ahora involucran a chicas inmigrantes. Desde que se relajaron los controles fronterizos, los anuncios en español de menores explotadas se han multiplicado, lo que ha llevado a una crisis sin precedentes en los primeros tres meses de la administración Biden-Harris.
Además, se ha denunciado que muchos de los anuncios engañan al público al afirmar que las víctimas son mayores de edad cuando en realidad son menores. Esta manipulación no solo expone a las niñas a la explotación sexual, sino que también dificulta su identificación y rescate. CatholicVote ha sido enfática en la necesidad de reformas urgentes para cerrar las fronteras a estos traficantes y detener este ciclo de explotación y abuso. El aumento de estos crímenes bajo la administración actual demuestra la urgencia de medidas más estrictas para proteger a los menores en peligro.
La situación en la frontera sur continúa siendo una tragedia humanitaria que, según CatholicVote y otras organizaciones, puede y debe ser revertida. Sin un cambio drástico en las políticas migratorias y la implementación de controles más estrictos, miles de menores seguirán siendo víctimas de redes de tráfico sexual. Los esfuerzos por parte de grupos religiosos y civiles son cruciales para presionar a la administración a actuar con rapidez y decisión, garantizando que estos menores sean rescatados y protegidos de los horrores del tráfico humano.